lunes, 18 de junio de 2018

El dolor de los muros

El dolor, un sentimiento incómodo para muchos de nosotros, un sentimiento que preferimos evitar a toda costa como si de la peste se tratara. Es un sentimiento difícil de abordar porque, igual que la mayoría de las emociones, puede ser muy subjetivo. Con esto no me refiero a que todo dolor sea subjetivo (obviamente el físico no lo es), pero estoy hablando del dolor emocional, un dolor cognitivo que muchas veces no tiene una causa “tangible” como en el dolor fisiológico (un golpe, una cortada, torcedura o fractura). Este dolor es tan subjetivo que lo que para ti es una pendejada, para el vecino puede ser la hecatombe universal. Esta subjetividad genera que muchas veces el sufrimiento emocional ajeno sea desdeñado, minimizado, e incluso objeto de burla.

La depresión es el epíteto del dolor y sufrimiento emocional. Y también lo es de todo el desprecio que se tiene por las personas que sufren “sin motivo”. Antes que nada, aclaremos una cosa. La depresión no es estar triste unas horas/días porque se te murió alguien querido, porque reprobaste el semestre o porque la vida es dura, eso es solo la jodida realidad. La depresión es una condición psicológica que te incapacita como ser humano y te convierte en una sombra de quien eres. Básicamente es la muerte en vida. Y no es solo estar triste, de hecho, la mayoría de las personas que la padecen mencionan que la tristeza es solo una pequeña fracción de lo que sienten; de hecho, una buena parte del tiempo no siente nada, pero NADA. Están vacíos, planos emocionalmente, pues pierden la capacidad de disfrutar las cosas que antes les eran placenteras. Otras veces es la ansiedad, el miedo, asco y desprecio por si mismos lo que los invade; no es solo una emoción o un sentimiento, son muchas cosas que se acumulan y no los dejan vivir en paz. Y la cosa es que hay niveles, no es lo mismo una persona que está comenzando un trastorno depresivo que alguien que lleva años con eso y además está sumido en una depresión profunda, al punto de no tener fuerzas ni de levantarse de la cama o ya ni de comer. Una persona puede tener algún grado de depresión, pero seguir siendo “funcional” en el trabajo o escuela, pero es visible como sus relaciones sociales cada vez se deterioran más y más.

Y aquí es donde yo me confieso. Nunca me han diagnosticado con depresión ni mucho menos, pero si he pasado por momentos muy oscuros en mi vida y se lo que es contemplar el abismo. Ya lo saben, la preparatoria fue mi infierno personal y mucho de lo que viví entonces intento olvidarlo, pero si algo recuerdo bien es ese malestar emocional que no parecía tener una causa. Recuerdo sentirme ridícula por sentirme mal, “tienes todo, una buena vida, escuela, salud ¿qué más quiénes? ¿Por qué no eres feliz?” evidentemente con los años he aprendido que el malestar emocional (y el malestar en general) no siempre necesitan un motivo para aparecer. A veces las garras del dolor simplemente te atrapan y te sumergen en el abismo.

Hace poco se dio la noticia del suicidio de Anthony Burdain y antes que el Chester Bennington y antes Robin Williams y asi podría seguir hablando de suicidios de famosos, en su mayoría debidos a la depresión. Y de nuevo, cada que sucede sale el listillo de turno “¿Por qué lo hicieron si tenían todo? Tenían dinero, fama y un trabajo soñado” o “¿cómo iba a estar deprimidos si les pagaban por hacer lo que les gustaba?” la gente parece tener la percepción de que solo se pueden deprimir aquellos que tengan una vida de mierda. Pero ¿saben algo? No es así, no es tan fácil. Nunca es tan fácil. La depresión es algo que puede ocurrirle a cualquiera, aunque tu vida vista desde afuera sea maravillosa. “nadie sabe lo que pesa el muerto más que el que lo va cargando” hay tanta verdad en este dicho. Y es que como lo dije al inicio, el dolor emocional es algo muy subjetivo y solo la persona que lo está sufriendo sabe todo lo mal que están las cosas en su vida. Chester, Bourdain y Williams podrán haberlo “tenido todo” en cuanto a las necesidades materiales pero la cosa es que eso no los exime de tener una gran presión encima (aun cuando ellos hubieran elegido ese camino) al estar en el ojo público (insisto aun cuando ellos lo eligieron), estrés y presión que puede terminar por quebrar a cualquiera (no sería la primera vez que vemos como alguien famoso pierde la cabeza por culpa de la presión pública). Y esto ya lo hable en un post sobre el precio de la fama, así que no ahondare más en como los fans presionamos a los ídolos hasta extremos inimaginables, pero quédense con esto ¿creen que es tan fácil vivir feliz sabiendo que millones de ojos están pendientes de cada uno de tus pasos y solo esperan al más mínimo desliz para saltarte a la yugular y despellejarte vivo? ¿Creen que la presión de las ENORMES expectativas que la gente tiene sobre tu trabajo es algo fácil de sobrellevar? ¿Creen que el dinero y la fama mágicamente hacen desaparecer todos tus problemas personales y carencias emocionales? 

Y seguramente aquí saldrá el gilipolla de turno a decirme “pero ellos lo quisieron exponerse” ¿y porque ellos aceptaron ser figuras públicas te da derecho a tratarlos como un objeto en exhibición?  Joder si estamos mal de la cabeza. Pero bueno, como dije todo eso ya lo hablé antes y la cosa es que estos comentarios no ocurren solo con famosos “convencionales” sino también con los famosos de internet. Hace poco algunos youtubers (entre ellos Fernanfloo, JordiWild y Rubius) anunciaron que se retirarían de youtube, algunos por un tiempo y otros definitivamente. Y como ya deben de imaginarse hubo mucho revuelo y mucho comentario como los de antes. Todos dieron sus razones, pero yo me voy a centrar en Rubius que es a quien más sigo y desde hace más tiempo. En su video explica que, aunque no lo parezca el estrés y cansancio le estaban pasando factura, ya no solo a nivel emocional sino fisiológico, pues tenía problemas para dormir, sentía hormigueos en las manos y en general sentía que estaba perdiendo la cabeza. Seguro habrá algún gilipollas que venga a decir “muchos estamos muy jodidos de salud por el trabajo y no por eso andamos renunciando, estos millenias son unos debiluchos quejumbrosos” (y nombra a los millenials porque si no le explota la cabeza).



Ok, vamos por partes porque si no me encabrono y no quiero eso. Primer punto, ¿Por qué alguien tendría que estar orgulloso de estar enfermo por el estrés del trabajo? Si tu trabajo te estresa hasta el punto de provocarte problemas de salud deberías considerar muy seriamente renunciar. Esto da para otra entrada, pero la cuestión es que vivimos en la sociedad del cansancio donde hemos llegado al punto de auto explotarnos y enorgullecernos de aguantar y seguir trabajando, aunque estemos jodidisimos, aun a costa de medicamentos o cualquier otra mierda que tengamos que meternos para aguantar. Esto está mal, trabajamos para vivir no vivimos para trabajar (breviario cultural: en japón existe el termino "karoshi" que se refiere a la muerte por exceso de trabajo). Segundo punto, hay quien dice que como se van a cansar si solo graban vídeos de mierda. A ver cabeza de huevo, cualquiera que haya intentado grabar un vídeo pitero para la escuela saben que la grabación no sale a la primera toma y que editar es una buena friega. Y por mucho callo que agarres con la práctica no deja de ser jodido tener que hacer esto cada semana (o 3 veces por semana en el caso de Jordi) y agrégale el hecho de que tienes que lograr agradar y entretener a millones de personas. ¿Ya empiezas a sentir la presión?

Para el tercer punto volvamos un poco al pasado. Esto no es un caprichito o un desplante de parte de Rubius, en varios vídeos el ya había dejado entrever o de plano ha hablado de cómo lo ha afectado la presión que siente por tener casi 30 millones de suscriptores. Creo que muchos conocen la famosa entrevista con Riso donde Rubius se desmorono al contar como para intentar escapar del acoso de los fans se fue a vivir aislado de todos (German, wismichu y otros han contado historias similares), en el video “50 cosas sobre mi” podemos ver como estaba de mal en ese entonces (2014) y joder si estaba mal; es incómodo y hasta doloroso (al menos para mí) ver ese vídeo, ver cómo está a punto de quebrarse hacia el final del vídeo. Otro ejemplo fue un preguntas y respuestas donde lo retan a hacer el “roast yourself” que si bien la letra empieza de joda, el tono cambia y deja ver cómo se siente al haber alcanzado este nivel de fama. Lo mismo hace más a profundidad en el vídeo del “gemelo”. En conclusión, no niños, ellos no se van por ser unos debiluchos, al contrario, se van (“de vacaciones” o para siempre) porque este ritmo de trabajo ya no es sostenible (como ya lo había contado Jordi en la entrevista que le hizo Auronplay); porque, como todos necesitan vacaciones. Y todo lo ya dicho, súmale que no sabemos qué otras cosas han pasado en sus vidas, no sabemos hasta qué punto la ansiedad o incluso algún otro trastorno puede estar afectándolos. 

Como dije no tengo depresión (al menos no diagnosticada) pero si tengo rasgos de personalidad melancólicos y varios problemas derivados de mi ansiedad y aprensión hacia el futuro, los cambios y mi fobia por las agujas (o más bien el que las agujas entren en mis venas/cuerpo) y a lo largo de mi vida me topado con gente que me dice que es una estupidez tener fobia a las agujas, que es solo ser chillona, que porque me estreso tanto que porque soy tan negativa o porque me pongo triste fácilmente. Con los años he aprendido a endurecer la piel ante comentarios pendejos que obviamente no vienen de gente que auténticamente se preocupa por mis problemas psicológicos y fisiológicos que me ha provocado todo esto. Pero de morra esto si me pegaba más y en la prepa no hizo más que echarle gasolina a mis problemas y hacer que me ensimismara más. Era horriblemente pesado levantarme cada día para ir a la escuela, llegue al punto de tener anotado en un pizarrón los días que faltaban para que se acabara el semestre…desde el primer día en que comenzaba, para saber cuánto más tendría que aguantar.

Por estos años yo me dedique a construir muros a mí alrededor, y probablemente si alguien que me conoció en aquella época llega a leer esto se sorprenderían porque seguro no les daba la impresión de que estuviera así de mal, ni con tantos problemas. Y esa es precisamente la cuestión, el muro que levante era “sutil” pues seguía yendo a la escuela, seguía comiendo, seguían entregando tareas, pero la cosa es que hubo un par de semestres donde no convivía con nadie en los descansos, donde mi única interacción con los compañeros era por motivos de clase y supongo que a nadie le pareció raro porque yo siempre he sido reservada y callada. Todo el tiempo que no estaba hablando con alguien o en clase tenia puestos los audífonos y estaba dibujando; muchas de las relaciones que “sostuve” a lo largo de casi todo 1° y 2° eran superficiales y empezaron porque alguien más me hablo (no sé, por alguna razón a la gente le dan ganas de hablar conmigo a pesar de los rara que soy). No fue sino hasta mi último año que gracias a un trabajo en equipo conocí a algunas personas muy especiales que me sacaron de la zanja emocional en que se había convertido mi vida (y la lectura compulsiva también ayudó). Ellos lograron abrirse paso por una grieta en ese muro que levante (y al parecer no era tan firme) y estoy muy agradecida por que lo hayan logrado. 

Y no les estoy contando todo esto para hacerme la victima y regodearme en mi mierda (toda esa catarsis ya la pase y por eso puedo contarlo); toda esta historia de los muros y mis problemas emocionales no es más que un enorme rodeo para hablar de lo profundo que puede calar el dolor emocional y como aun sintiendo que se te clavan mil cuchillos en el pecho, uno puede seguir adelante, puede levantarse todos los días y tratar de hacer lo que tenemos que hacer por fuerza de la costumbre más que de voluntad; por pura inercia para no venirse abajo. Estos muros psicológicos los levantamos todos en algún punto de nuestras vidas, algunos más otros menos, algunos más altos y reforzados, otros más bien débiles, pero todos los tenemos y esto se debe (desde mi humilde opinión) a mi parábola favorita propuesta por el misántropo más querido (Schopenhauer): el dilema del erizo. Esto plantea la situación donde un grupo de erizos buscan juntarse para darse calor en pleno invierno, pero como las púas los lastiman deben alejarse, aunque el frió te congele. 



Desde esta idea, el tío Schopy explica como el infierno son los otros, las relaciones son el equivalente a caminar descalzos por el filo de una navaja, pero aislarse implica morir congelado. Estamos jodidos pues por ambos lados sufriremos, entonces la decisión es que dolor prefieres. Cuando conocí esta parábola la primera vez me pareció una cosa tremendamente pesimista y descorazonadora (ténganme paciencia tenía como 16 años) pero al paso de los años he ido entendiendo que si bien las ideas de Schopy sobre las relaciones son desesperanzadoras (y en algunas no estoy del todo de acuerdo) también es cierto que la vida misma es desesperanzadora. La vida es dolor, en tanto que el dolor es parte de la existencia misma y al igual que el resto de las emociones y sentimientos debemos aprender a manejarlo y endurecer un poco la piel ante los demás para evitar que nos consuma. Las relaciones son complicadas, el cálculo para saber que tanto acercarse es difícil y es por ello que el miedo a los demás jamás se ira. Es un mecanismo de defensa.

Para ejemplificar mejor todo esto de los muros y el dolor usare 2 obras artísticas como ejemplo: Neón Génesis Evangelion y Oyasumi Punpun. En la primera existe un concepto llamado campo AT (campo de terror absoluto), el cual nombre en mi post sobre la idea de dios. Este campo lo poseen todos los humanos y ángeles (villanos de la serie), cuya función no es otra que protegernos de los demás, en el sentido de evitar que nuestra identidad se diluya en las ideas y opiniones de los demás. Este campo se alimenta del miedo y vació que existe en todos. Y esto lejos de ser negativo, tiene una función adaptativa; necesitamos el miedo para sobrevivir (siempre en cantidades razonables), para saber cuándo alejarnos y cuando, ni siquiera acercarnos. En evangelion, este concepto se explota en casi todos sus capítulos y si es así es porque esta serie (para quienes la han visto…he incluso para los que no) va más allá de los mechas, las peleas y los significados religiosos/filosóficos ocultos, esta serie va sobre la depresión y como sus personajes lidian con ella. 



Hideaki Anno (el autor) a dicho fuerte y quedito que este anime surgió en medio de una profunda depresión que plasmo en gran medida en su obra. Shinji es un protagonista contrario al prota promedio de los animes de mechas: es débil, llorón, no está en control de sus emociones, duda y falla. Básicamente es una nenaza emo y quejumbrosa que a muchos nos cago la primera vez que vimos este anime si es que no los agarro en su momento Shinji Ikari. Esto es, en un momento de bajón cañón, donde se sienten en el hoyo emocional y que nadie los comprende, o sea, como Shinji. A mi este momento me llego cuando vi esta serie por segunda vez a mis 20´s. estaba pasando por un mal momento en la universidad en cuestión emocional, no como ese bajón de la prepa, pues esta vez ya me estaba afectando en mi patrón de sueño, en dolores musculares y otros malestares físicos e incluso me llevo a uno de los pocos colapsos nerviosos que eh tenido en público. No entrare en detalles, pero el caso es que esa época fue muy jodida, no fue solo un bajón emo adolescente, de verdad me veía al espejo y me preguntaba porque seguía aquí, porque todo mundo parecía saber lo que estaba haciendo menos yo, como podía mantener esa farsa, porque sí, me sentía una farsante en cuanto a mi carrera (aun a veces ahora lo siento).

En ese momento, pueden entender un poco como se sentía Shinji y fue jodido, realmente jodido. Y lo es aún más cuando te topas con gente a tu alrededor que invalidan tu dolor, diciendo que son tonterías, que lo tienes todo y que hay otros que están peor. Como si eso hiciera desaparecer ese puto dolor que no se va, como si eso me hiciera recobrar el control de mi mente, de mis pensamientos. Y que conste, no busco hacerme la victima al decir esto, si lo estoy escribiendo aquí es porque espero de algún modo hacer sentir acompañado a cualquiera que lea esto y este pasando por un mal momento. 

Por esa misma época llego a mis manos uno de mis mangas e historia favoritas: oyasumi Punpun. De este manga ya hablé a profundidad en un post anterior, así que solo retomare la parte de cómo la gente ve a Punpun. Muchos de quienes han leído este manga se quejan de la actitud de Punpun, de que no hace nada por salir del hoyo y solo se regodea en su miseria. Pero (como lo dije en ese post) la cuestión es que el personaje de Punpun es la representación de una persona deprimida y alguien en esa situación no va a poder salir de ahí tan fácilmente. Puede que, si ustedes nunca han pasado por una depresión, un bajón emocional importante o sino tienen problemas de ansiedad no puedan entenderlo, pero la cosa es que, el dolor emocional no siempre tiene una causa clara y concreta como la tiene una fractura o una muela picada. Algunos de mis peores colapsos nerviosos (que no han sido pocos) han tenido un detonante claro, pero algunos otros simplemente han pasado porque sí. Un día, sin previo aviso, la nube negra se instala, los pensamientos intrusivos aparecen y mi cerebro decide que es un buen momento de joderme. Es horrible porque, la parte más racional de mi sabe que es ridículo todo eso, que no tengo motivos para ponerme así, pero no puedo controlarlo en el momento, necesito un tiempo para lograr recuperar la calma y poder alejar esos malos pensamientos.

Sé cómo se siente Shinji, se cómo se siente Punpun y en cierta medida se cómo se siente Bojack (otro personaje que la gente odia por ser depresivo), porque he pasado momentos (e incluso temporadas) así. Se lo que es asomarse al abismo, sentir como te llama y sentir también, la tentación de atender a su llamado. Con todo esto no quiero decir que el dolor sea algo que te haga mejor persona, que purifique o alguna mamada así; para nada. Lo que quiero con toda esta verborrea es mostrar que el dolor (en todas sus formas) es parte de la vida. “La vida es un camino de rosas con más espinas que pétalos y es mejor asumirlo” (amo esta frase de Quetzal). Más que huir y construir muros, creo que debemos aprender a calcular la distancia justa y segura para acercarnos a los demás; debemos aprender a lidiar con el dolor de maneras menos patológicas (me incluyo) y también dejar de juzgar tan duramente a los demás, al sufrimiento ajeno. Fácil no es, a mí ha costado bastante llegar a este punto donde soy consciente de que está mal juzgar tan a la ligera el dolor del otro y aún más me está costando dejar de juzgar mi propio dolor; aceptar mis heridas, mis cicatrices y admitir sus causas para empezar a buscar soluciones.



El mensaje final de todo esto supongo que seria que no se rindan, que hay gente intentando llamar a su muro, int
entando cruzarlo. Presten atención a esos ligeros golpes, pidan ayuda si es que sienten que ya no pueden controlarlo. No está mal ser débil de vez en cuando, todos tenemos momentos bajos y ocultarlos o negarlos solo hará que los problemas empeoren. Espero les haya gustado y no los haya aburrido con mi pergamino. Si llegaron hasta aquí estaría encantada de leer sus opiniones en los comentarios. Me despido y nos leemos la próxima vez. 

PD: acá les dejo algunos vídeos que inspiraron este post y que amplían mucho de lo que dije. Les recomiendo ampliamente ambos canales

Ovejas Eléctricas - Evangelion y la depresión
Ovejas Eléctricas - Homenaje a The Wall de Pink Floyd
BoJack Horseman - El fulgor del dolor / Análisis

domingo, 3 de junio de 2018

Análisis/Opinión saga Assassin´s Creed


Nota: este post asume que has jugado la saga AC así que habrá algunos spoilers, avisare cuando vaya soltando los más importantes, pero si no han jugado los videojuegos y les interesa hacerlo libres de spoilers, talvez no deberían leer esto. Advertidos están

Es triste ver como degenero esta saga que tanto ruido hizo en la pasada generación; recibía nominaciones y premios por doquier con cada entrega, pero la realidad es que, al menos para mí, después de su tercera entrega se perdió la magia y creo que (mini spoiler si no has terminado el AC III) la saga debió morir con Desmond. Pero bueno comencemos por el principio. Con la historia de Altair, donde comenzó todo.


El primer juego nos sitúa en la fortaleza de Masyaf en la actual Siria, cerca de Jerusalén durante las cruzadas. Pero esto no es el verdadero inicio, pues esto sucede en el pasado. En el presente nos encontramos en la piel de Desmond Miles, quien es uno de los últimos descendientes de la hermandad de los Asesinos. Una hermandad milenaria de caballeros encargados de proteger el fruto del Edén (un antiguo artefacto con un poder tan grande que podría usarse para conquistar el mundo) para que no caigan en manos equivocadas. Y con esto último se refieren a la orden de los caballeros templarios, quienes buscan obtener el fruto del Edén para fines imperialistas. Desmond renegó de su destino como asesino y escapo de su hermandad para vivir una vida normal. Hasta que los templarios modernos, encarnados en la mega corporación Abstergo, lo encuentran y secuestran para usar su ADN como medio para explorar la vida de sus antepasados y así encontrar los fragmentos del Edén que los llevaran al fruto.

De inicio parece que nos topamos con la clásica historia de bien contra mal. Donde los asesinos serían los buenos y los templarios los malos, pero gratamente (al menos en los primeros juegos) no es así. Desmond es de algún modo un instrumento para poder conocer el pasado de su linaje a través del “animus” (un invento de los templarios que les permite escarbar en los genes del usuario y a nosotros jugar como los asesinos del pasado, reviviendo sus recuerdos) así que la historia alterna entre pasado y presente para unir lo que pasa en ambos momentos. Es en este ir y venir que nos iremos dando cuenta que las cosas no son tan sencillas como pensábamos pues las acciones de ambos bandos son hasta cierto punto ambivalentes (lo cual se acentúa en los siguientes juegos). Para entenderlo tenemos que situarnos en la historia particular de cada asesino, así que comencemos con Altaír.

Él fue un asesino sirio que vivió durante el siglo XII al servicio de la hermandad, comandada por su maestro Al Mualim. Aquí debo hacer la acotación ya que, desde mi punto de vista, Altair (junto con Shay Cormack de Rouge) fue el único “asesino” como tal, pues creció y fue entrenado dentro de la hermandad, mientras que Ezio, Connor, Edward y todos los demás asesinos posteriores, se vieron inmiscuidos en esto medio fortuitamente, por azares del destino o porque estaban destinados a continuar la tradición familiar. Además, que sus razones no eran precisamente las más nobles o desinteresadas al inicio, pues la mayoría quería venganza. Si aceptaron el credo fue por conveniencia (al menos al inicio) no porque creyeran en él. En ese sentido las acciones de Altair y Shay (por cuestionables que me parezcan las de este último) fueron las más justas, desinteresadas o apegadas al credo, de todos los protagonistas con los que hemos jugado, ellos dos siguieron al pie de la letra el credo y sus reglas:
  •  Aleja tu hoja de los inocentes
  •  Siempre se discreto y fúndete con la multitud
  • Nunca comprometas a la hermandad
Sobre el credo también debo hacer algunas acotaciones. “nada es verdad, todo está permitido”, esta es la máxima de los asesinos. No debe tomarse literal, ese un error que cometieron muchos de nuestros protagonistas al inicio. Para explicar esto me gustaría tomar la interpretación que Ezio hace del mismo. Nada es verdad se refiere a que los cimientos ideológicos de nuestra sociedad son frágiles, no existen las verdades absolutas y por tanto cada uno es responsable de buscar las respuestas y no dejarse guiar ciegamente por los “lideres”. Todo está permitido, se refiere a que solo TU eres responsable de tus actos y como tal debes asumir las consecuencias de los mismos, las buenas y las malas; puedes hacer lo que quieras siempre que asumas tu responsabilidad. La interpretación de Ezio me parece la más acertada y talvez sonara muy fangirl, pero estos son los principios con los que intento guiar mi vida. 

Pero también existe la otra cara del credo, y es que si bien nos está diciendo que debemos buscar la verdad y ser críticos ante los lideres dogmáticos, en las hermandades, varias veces se cometió el error de tomar el credo como una verdad absoluta y que las normas del credo debían seguirle a rajatabla. Esto provoco varias injusticias o permitió la corrupción de los altos mandos que se embriagaron de poder. Al Mualin quería el fruto para propósitos igual de egoístas que los templarios; Aquiles (en AC rouge) cometió el error de no escuchar las advertencias y dudar de lo que creía, provocando una tragedia; Orelov fue tildado de traidor por no seguir ordenes injustas y así con varios más. Altair nos advierte de este peligro en sus diarios; el credo es una guía, no un dogma.

Ahora que ya expliqué más o menos las generalidades del juego y su historia, voy a empezar a desmenuzar la saga así que, a partir de aquí, comienzan los spoilers. 

Assassin´s creed. El comienzo del viaje

Para la mayoría de los fans el AC II o AC III (este más por las mecánicas) son sus favoritos, pero muy poca gente se quedará con el primero más que por su valor histórico al ser el primero. La razón de porque tiene pocos fans varia, pero me he topado con muchos comentarios de que es aburrido, el combate es lento y Altair tiene el carisma de una piedra. Yo jugué el primer juego por allá del 2012 y desde entonces no lo he vuelto a jugar, pero para escribir esto me puse a ver algunos gameplays y análisis que me ayudaron a refrescar la memoria y reafirmar una sensación que he tenido durante el resto de la saga: Altair es el único protagonista que es un auténtico asesino.

Ya arriba expliqué un poco de que va este primer juego, pero quiero ahondar un poco más en la historia de Altair para entender lo que dije antes.  El juego abre con nosotros en medio de una misión en el templo de Salomón para robar un objeto al maestro templario Roberto de Sable, donde por la soberbia y sobrada confianza de Altair, la misión fracasa y no solo eso, sino que nuestros camaradas resultan gravemente heridos, uno de ellos, de muerte. El sobreviviente es Malik (amigo de Altair), quien pierde un brazo a causa de sus heridas. Y el fallecido fue Kadar, el hermano menor de Malik, quien tardaría un tiempo en perdonar a Altair por sus errores y la muerte de su hermano.


Por estos errores, Altair seria degradado hasta el rango de novicio. Es aquí donde nosotros entramos; nuestra misión será ir asesinando objetivos políticos con el fin de mantener la paz en la región (que abarca Masyaf, Jerusalem, Damasco y Acre) y de paso lograr recuperar nuestro rango como asesino (y con ello desbloquear nuevo armamento). Conforme avancemos en la historia iremos descubriendo cosas sobre los asesinos, la historia de Altair, Malik y sobre el misterioso objeto que Roberto en sus manos.

Este juego es una perfecta introducción al mundo de AC, ya desde el tráiler nos muestran que esto más que un juego, será un viaje (y que viaje). La evolución de Altair, si bien es un tanto acelerada (pues la historia principal solo tiene 9 secuencias), me parece que basta para entender quién es Altair y como con cada misión y descubrimiento que va haciendo, se cuestiona cada vez más su misión como asesino y la utilidad de su lucha. Al ser el primer protagonista es el que más recordamos todos los fans, pero visto en perspectiva, nos muestran realmente poco de su personalidad y de lo que vemos, Altair es un tipo bastante serio, que cumple eficientemente con su misión y no hace preguntas. Básicamente es un soldado perfecto.

Hay una escena que resume bastante bien la personalidad de Altair. Recuerda una conversación que tuvo con Al Mualin, donde descubrimos que Altair quedo huérfano a temprana edad, que sus padres eran asesinos y el creció dentro de la orden y fue criado bajo el credo. Al Mualin le pregunta si en algún momento Altair se ha arrepentido de ser un asesino y su respuesta es: “maestro, ¿cómo voy a odiar la única vida que conozco?”. Altair cree ciegamente en las normas que rigen a la orden y no se cuestiona su veracidad o validez.


De hecho, tras la misión fallida donde perdió el brazo, Malik es asignado como Rafiq (espía y encargado de las casas de asesinos, un lugar donde pueden descansar) de Jerusalén y cada vez que Altair se encuentra con él, lo cuestiona sobre su rol como asesino y la función de la orden en toda la trama política. Malik probablemente sea el personaje que más muestra su personalidad y su relación con Altair también es interesante. Sus pláticas son probablemente de lo que más aporta a la trama y nos deja entrever las intenciones de Al Mualin para con el fruto. 

El primer AC es más una introducción el mundo que otra cosa; y si bien la historia de Altair es auto conclusiva, es a partir de esta que la hermandad se modifica. (SPOILER) ya que tras ver como Al Mualin traiciona a la orden y todo por lo que Altair lucho, revelando que quería el fruto para controlar a la población y convertirse en casi un dios (pues esa cosa tiene un tremendo poder); Altair decide enfrentarlo y finalmente matarlo. Dejando a la orden sin un líder y a Altair como un traidor a ojos de algunos miembros de la orden. Altair intenta reunir a la orden, pero las cosas salen mal y debe huir de Masyaf hacia un exilio que durara casi hasta el final de su vida. En ese tiempo él se dedicará a estudiar el fruto y dejar constancia de sus descubrimientos y la sabiduría que adquirirá con los años. Todo lo que sucede aquí, modificara las bases, entrenamiento y funcionamiento de la hermandad asesina (consecuencias que veremos en juegos posteriores). 

Esta saga comienza bastante bien. La historia de Altair puede no ser muy larga, pero es lo suficientemente interesante para engancharnos. Puede que él no sea tan carismático como lo serian personajes posteriores, pero si es el que mejor encarna el espíritu del credo, de la hermandad. Altair es un asesino de elite y como tal sus emociones o ideas no importan mucho. Pero, aun así, me parece que la evolución que tiene a lo largo de su juego está bastante lograda. Lo vemos como de ser alguien arrogante y confiado, poco a poco empieza a ser más prudente, humilde y reflexivo. Y aquí es donde debo señalar uno de los mejores puntos sobre el primer AC.


Según las reglas del credo debemos ser como los ninjas, sigilosos, rápidos y discretos (pues infringir esto es lo que provoco la degradación de Altair en primer lugar) y a nivel de mecánicas, este es el único juego de la saga donde el sigilo tiene un papel protagónico. Pues los enemigos son bastante poderosos y nosotros no tenemos mucho arsenal que digamos (aun cuando recuperas todas tus armas y están al máximo, solo es una espada, los cuchillos arrojadizos, la daga y la hoja oculta); las peleas son aparatosas y el combate lento, y esto no es casualidad. Si se supone que debemos asesinar al objetivo de manera discreta, liarte a palos con todos los guardias no es la mejor idea de pasar desapercibido. Además, que las reglas nos instan a ser selectivos respecto a quien asesinamos (aleja tu hoja de los inocentes). La espada pesa y los ataques no son tan rápidos porque estamos en una simulación de una vida pasada que intenta ser más o menos realista y lo más apegada posible a la realidad (o te desincronizaras). Así que una pelea de espadas contra 20 guardias no es precisamente la cosa más fácil del mundo. De hecho, recuerdo que los templarios en esta primera entrega estaban repartidos por el mapa en lugares muy específicos y eran jodidamente difíciles de matar; prefería mil veces evitar el combate o emboscarlos para poder matarlos porque resistían más que cucarachas.

Todo esto puede hacer   que el juego parezca difícil y aburrido porque te insta a ser sigiloso e investigar para saber más sobre tu objetivo, cosa que ya no pasa en el resto de la saga donde toda la información del objetivo (incluida su ubicación) viene por default cuando aceptas una misión o inicias una nueva secuencia. La labor de investigación que debíamos realizar en el primer juego desaparece casi por completo en los siguientes (y es retomada más o menos bien en Origins).

Otro punto que se fue perdiendo conforme avanzo la saga es el concepto de realidad virtual y la sincronización. Con Altair no teníamos una barra de salud/vida sino una que indicaba el nivel de sincronización con sus memorias. Tenía sentido toda la interfaz y los menús a los que podíamos acceder porque estábamos dentro de una simulación generada por computadora. Igualmente, tenía sentido que hubiera zonas no disponibles durante esa secuencia porque estábamos reviviendo recuerdos ajenos; se suponía que debíamos actuar como Altair para poder seguir adelante.


Todos estos puntos se fueron diluyendo con cada entrega, en pos de una jugabilidad más centrada en la acción rápida, donde todo este asunto de los recuerdos y la sincronización con los mismos comenzó a quedar cada vez más relegado al fondo. Este cambio de mecánicas se ha mantenido con cada entrega, algunas para mejor, otras para peor. Pero ese espíritu sigiloso y mortal que se sentía en el primer assassin, no ha vuelto a ser el mismo (al menos hasta antes de Origins). Mecánicamente, se sentía cada vez más como un juego de acción genérico, o sea un Call of Duty (que culero se sintió escribir esto). 

En cuanto al presente, me parece que igualmente es un inicio sólido, nos da la información suficiente para picarnos la curiosidad y engancharnos a la trama. Que a mí en lo personal fue lo que me encanto en primer lugar, la idea de que la historia se convierta en nuestro patio de juegos, poder ver de primera mano cómo sucedieron las cosas. Eso junto con la idea de encarnar a un asesino de elite que vivió una coyuntura histórica como lo fueron las cruzadas me parecía una idea genial. Y debo admitir que de todas las fantasías de poder que venden los videojuegos (la mayoría de los protas de juegos de acción son una fantasía de poder) la idea de ser un asesino que puede vencer a toda la guardia real él solito, resulta enervante.

El juego tiene detalles: texturas que no han envejecido muy bien, solo se podía una partida por disco, los tutoriales eran talvez demasiado largos, los famosos bugs, una IA un poco meh (que con los años se hizo más y más cutre), el no poder nadar, etc. Tiene sus cosas, pero creo que, como dije antes, es probablemente el mejor y más coherente de los juegos en cuanto a la jugabilidad y lo que plantea la historia; hay poca disonancia ludo-narrativa.

Como varios deben saber, existe una novela que ahonda más en la vida y obra de Altair, así como su pasado y formación dentro de la orden. Y aquí debo ser sincera, no lo he leído aun, pero leyendo reseñas veo que el libro rellena los huecos que deja la historia original, nos cuenta más sobre la vida de Altair después de conocer a María y ser exiliado de Masyaf, sobre su rutina como asesino, su crianza y quien fue su padre. Igualmente nos da más información sobre la evolución psicológica de Altair, quien era, que pensaba, que sentía. En resumen, es todo lo que fue la saga de Ezio; seguir al personaje a lo largo de su vida casi de principio a fin.

Este juego me parece algo bastante valioso para Ubisoft y para el tipo de juegos que estaban creando. El concepto del juego histórico, el sigilo y la infiltración no eran nada nuevo. Y tampoco digo que todas las ideas “filosóficas” que se intentan manejar se logren desarrollar a profundidad, pero creo que está bastante logrado y la aventura que nos presenta me parece lo suficientemente interesante como para resistir los más de 10 años que tiene el juego. Ya lo dije, personalmente no es mi juego favorito y Altair tampoco es mi personaje favorito, pero creo que, como asesino y mentor, él es el mejor ejemplo.

Bueno con esto comenzamos un ciclo de análisis de toda la saga Assassin´s Creed para conmemorar los 10 años que cumple la saga. Me gustaría saber su opinión sobre esta saga y su evolución. Me despido y nos leemos la próxima vez.