Cuando uno
habla de Dios, su existencia, su forma o lo que sea, es un tema complicado así
que advertidos están, estas son solo MIS ideas sobe dios, la religiosidad y
todo eso, no se lo tomen personal. Dicho esto comenzamos.
“¿crees
en dios?” la respuesta es un sí pero no. La respuesta obviamente es mucho más
compleja que esto y se las voy a ir desglosando a lo largo del post. En primera
debo explicarles que a lo largo de mi vida yo he pasado por una serie de
“etapas” por así decirlo, en cuanto a este tema de dios, así que voy a
explicarles un poco por las etapas previas que he pasado para llegar a mi idea
actual respecto a dios. La primera
“etapa” seria mi infancia, ya que como muchos en México fui criada en una
familia católica y si bien fui bautizada e hice la primera comunión, mi familia
realmente no es especialmente religiosa; realmente recuerdo pocas veces en las
que hayamos ido a misa cuando era niña. Así que pues si bien me criaron en esa
religión yo realmente nunca fui muy creyente, no como que fuera atea de niña,
sino que si rezaba antes de dormir o cosas así pero más por obligación porque
yo ya me estaba cayendo de sueño. Eso junto con la comunión y eso lo hacía
porque era mi obligación, no porque realmente creyera que dios me iba a ayudar
o algo así.
La
segunda etapa fue cuando empecé a crecer y a cuestionarme porque tenía que
rezarle a un pedazo de yeso, porque tenerle miedo a un dios que más que
misericordioso se me hacía vengativo. Esto fue más o menos en la pubertad y el
inicio de mi adolescencia, ósea casi toda la secundaria que me empezó la etapa
de “la rebeldía”. Que aquí de nuevo debo hacer una acotación; la rebeldía en mí
no fue como el estereotipo de adolescente contestona y así, más bien fue una
rebeldía ideológica, hacia lo que tenía que hacer de mala gana y en mi cabeza
pensaba lo estúpido que era eso. Empecé a leer e investigar más sobre este tema
de la religión y por aquellas épocas llegue a la conclusión de que la idea de
que solo tu religión era la correcta era una estupidez y también toda esta idea
de que mil cosas eran pecadas. Y esto fue lo que dio lugar a la tercera y más
breve de las etapas.
Lo
que siguió fue una etapa de “ateus polemicus” fue una época que al recordarla
me doy mucho cringe (o pena ajena) porque me sentía súper EDGY (no sé cómo
traducir esta palabra así que mejor búsquenla) por decir que dios no existía y
que la religión era un estupidez (poco me fato para repetir como perico aquello
de que la religión es el opio del pueblo).
Entonces me encantaba joder a los demás, buscar cualquier pequeña
contradicción de la biblia o sus sinsentidos para molestar. Era una idiota. Por
suerte eso no duro mucho y todo gracias a un libro: el mundo de Sofía. Si leyeron
mi post anterior sobre los libros que marcaron mi vida, sabrán que este libro
fue muy impórtate para conformar la persona que soy hoy, y el aspecto de la fe
no fue la excepción.
En
esta cuarta etapa fue cuando de algún modo “madure” en cuanto que me di cuenta
que era una gilipollas por comportarme de ese modo, por darme aires de
superioridad e intelectualoide por decirme atea, es más por decir que dios no
existe. Cuando caí en cuenta de esto me empecé a cuestionar de nuevo mis
creencias y prejuicios sobre dios, pero aún más sobre la religión y la iglesia
como institución. Estos cuestionamientos me llevaron ya no solo por cuestiones científicas
(que fueron las que me llevaron a considerar que dios no existe por la
imposibilidad de comprobar o refutar su existencia) sino también por caminos más
místicos o espirituales; me puse a leer e investigar sobre teología (de todas
las religiones, en especial las orientales) sobre la visión de la religión en
oriente, de la diferencia entre religiosidad y espiritualidad. Igual por esas épocas
igual me topé con muchos escritos sociológicos y antropológicos que aun hoy no
entiendo del todo (muchos de los temas que les he mencionado aun no los
comprendo ni mucho menos domino). Toda esta vorágine de información,
conocimiento y sabiduría género en mi diversas ideas o reflexiones y al paso de
los años, a medida que la información se ha ido asentado, he llegado a
diferentes conclusiones, la más “reciente” (con reciente les hablo de hace 3-4
años) y creo yo medianamente definitiva en cuanto a mi postura sobre dios.
Para
explicarles mejor a que me refiero con que la trascendencia personal no existe,
les pondré el mejor ejemplo que se me ocurre: el tercer impacto en “the end of
evangelion”. (SPOILERS si no has visto la película o la serie) en el clímax de
la película y después de que Gendo ordene a Rei provocar el tercer impacto,
todo mundo se convierte en Tang de naranja o en LCL que es la materia
primigenia de la que está constituida todo ser vivo. Cuando esto sucede todos
nos volvemos uno con el todo, o sea, uno con dios. Trascendemos colectivamente
como energía universal, la más básica y esencial
forma de existencia. De modo que al morir, nos volvemos uno con el todo, con el
universo, con la existencia misma y por tanto con dios. Volvemos a formar parte
de la conciencia universal no como individuos (como el cielo judeo-cristiano)
sino como energía, al morir nuestra conciencia universal muere poder formar
parte de algo superior y perfecto.
Una anotación que debo hacer aquí,
es que hace poco conocí una “idea” o “corriente” filosófica llamada panteísmo,
que coincide bastante con mi idea sobre dios. Lo curioso es que yo no tenía
idea de lo que era el panteísmo hasta hace poco, y aquí estarán pensado “pero
no que te pusiste a leer e investigar?” y si, pero la cosa es que el panteísmo
no es una escuela filosófica ni mucho menos, más bien es una idea que ha
aparecido medio “espontáneamente” a lo largo de la historia de la humanidad, de
hecho es uno de los pensamientos más antiguos, pues el primer pensador que lo
menciono del que se tenga registro es Heráclito, uno de los presocráticos, o
sea que esta idea es más vieja que los cerros. La idea de que dios es todo en
el sentido de que la existencia misma es dios (dios no entendido en un sentido
teológico judeo-cristiano) es una idea que nunca género o mantuvo una escuela
filosófica, más bien es una idea que de algún modo existe en nuestro cerebro y
surge cada cierto tiempo bajo diferentes formas.
Pues
bueno esto sería en resumidas cuentas mis ideas sobre dios y la cuestión sobre
su existencia. Después de todo este recorrido, si tuviera que ponerle una
etiqueta a mi postura religiosa seria agnosticismo panteísta (supongo) a falta
de un mejor termino, ya que el ateísmo sería decir que dios es nada y el panteísmo
implica que dios es todo (insisto, no desde un punto de vista teológico). Respecto
de cuestiones que este tema toca tangencialmente como son la espiritualidad, la
fe, el significado de la vida y demás, los tocare en alguna otra entrada con
profundidad, pero de momento solo les diré que yo no creo que la espiritualidad
este necesariamente ligada a la religiosidad o una iglesia como institución. Creo
que esto tiene más que ver con una conciencia de pertenencia primero a la
naturaleza y después al cosmos. Sobre el
diablo, la maldad y todos esos temas escabrosos y salseantes que nos encantan
debo decir que de nuevo son un sí pero no, que ya explicare en futuras entradas.
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