Este es, junto a la trilogía
de Ezio, mi juego favorito dentro de la saga (y puede que este influenciado
porque, personalmente, las historias de piratas me encantan). Pero debo admitir que, si bien me parece un muy buen juego en
lo individual, es un pésimo AC. Y ahora veremos por qué.
(advertencia innecesaria;
este post da por hecho que has jugado AC Blackflag)

Pero bueno, vayamos a la
parte interesante: el pasado. Esta vez jugamos como Edward Kenway, un inglés
que vivió la era dorada de la piratería en el caribe. Básicamente encarnamos a
un pirata que termina inmiscuido en toda esta movida de asesinos y templarios
por accidente. Y es justo por esto que al inicio dije que, a pesar de ser un
buen juego, es un muy mal AC; No nos engañemos, Edward es un pirata y solo
juega para su propio bando. Y si bien tiene cierto grado de principios y moral
y al final termina entendiendo la importancia de esta lucha, la realidad es que
el no es un asesino; no respeta el credo ni mucho menos las reglas. Este juego
bien pudo haberse llamado simplemente “Black flag” y creo que habría funcionado
mucho mejor, o al menos habría recibido menos criticas negativas por mandar a
tomar por culo al credo y todo lo que este representaba. Y es que durante 2
tercios de la historia Edward no es más que un borracho despreciable y egoísta
que solo ve para si mismo y va haciendo la trama del observatorio cuando se le
hinchan los huevos, pero tengo que admitir que aun con esto, y contrario a lo
que muchos dicen, creo que la historia (aunque simple y poco trabajada en la
coherencia ludo-narrativa, pues sus ambiciones iban en otra dirección) funciona
bien al mostrarnos la redención de Edward.

Black flag es ante todo un
juego de aventuras y mas aun, un mundo abierto en el caribe durante la era
dorada de la piratería. Este juego no apuesta por la narrativa y mucho menos
por la coherencia ludo-narrativa, como si lo hacía AC III, aquí venimos a ser
piratas y a vivir aventuras como tales. Siendo así el mayor énfasis y empeño de
los desarrolladores iba encaminado al disfrute del mundo abierto y lograr una
experiencia orgánica dentro de este. Aquí las actividades “secundarias” no se
sienten como tal, todo lo contrario; se sienten naturales, como algo que forma
parte de la experiencia de ser un pirata en esa época. En juegos anteriores
estas misiones se sentían como algo que estaba ahí para dar mas contenido al
juego y en el peor de los casos como algo forzado, como relleno. Mientras que
aquí no hay nada mejor que lanzarse a la mar a buscar barcos que saquear,
tiburones que cazar o naufragios que explorar.

Otro punto negativo que debo
admitir del gameplay, es que si bien la introducción no es tan larga y tediosa
como en AC III (lo cual se agradece demasiado) el hecho de que Edward, sin ningún
tipo de entrenamiento previo sepa hacer parkour tan bien, así como usar las
armas a la primera (incluso la hoja oculta) no tiene ni puto sentido. Aunque
por otro lado la progresión de personaje vuelve a tener sentido pues en todo
momento, Edward sabe que es lo que ganara con cada misión, lo cual nos da una
dirección y un objetivo en todo momento.
En términos de gameplay los
mayores errores vienen de la disonancia ludo-narrativa que general el hecho de
que el juego este mas interesado en que te lances a la aventura probando sus
sistemas de mundo abierto, que en contar una historia ambiciosa y coherente.
Pero bueno una vez que nos
hemos quitado los aspectos de jugabilidad de en medio, vamos a lo bueno: el
análisis de la historia y desarrollo de Edward.
La redención de un hombre
Como ya dije antes, el juego
nos narra una historia a medias, pues si bien a lo largo del mismo vemos
algunos flashbacks de la esposa de Edward y su vida antes de ser un pirata la
realidad es que solo son vistazos y el jugador debe rellenar los espacios en
blanco (que son enormes). Estas respuestas sobre el pasado de nuestro
protagonista se encuentran básicamente en la novela del juego. Ahí nos
enteramos que Edward era hijo de campesinos galeses, que creció en un pequeño
pueblo costero gracias a lo cual siempre soñó con lanzarse a la mar, amasar
fortuna y conocer el mundo. Y es gracias a estas ambiciones que termina
conociendo por casualidad, a quien sería su esposa, Caroline. Una chica hija
de un rico empresario pesquero, pero que tristemente estaba comprometida con el
hijo de otro empresario, el cual resultaría ser un templario y terminaría
obligando a Edward a abandonar la isla.
Esto porque Caroline termina enamorada de Edward y en un acto de rebeldía, desafía a su padre
rompiendo el compromiso y yéndose con Kenway quien nunca perdió sus
aspiraciones de riqueza. Las cuales lo llevaron a buscar ser un corsario, pues
creía que podría irse un par de años, hacer dinero y regresar con dinero
suficiente para darle a Caroline la vida a la que estaba acostumbrada.
Lamentablemente por la terquedad e inmadurez de Edward sobre seguir ese sueño,
ni se enfocaba en trabajar bien la tierra (empleo que les habría dado para
vivir decorosamente) ni lograba llevarse bien con su esposa pues él seguía
sintiéndose poca cosa para ella. Lo cual llevaría a Caroline a abandonarlo, mientras
por otro lado el ex prometido templario comienza a amenazar a los padres de
Edward al grado de intentar incendiar su granero en represalia por haberle
robado a su prometida. En vista de todo esto, Kenway termina aceptando que lo
mejor que puede hacer es subir al barco de corsarios que se iría en 2 días y
alejarse de todos para evitarles mas sufrimiento; no sin antes prometerse que
regresaría como un hombre rico y poderoso.
En con todo este contexto
sobre el pasado de Edward podemos darnos cuenta del enorme hueco que hay en el
juego, pues lo conocemos ya como un pirata curtido y respetado por otros
marineros. Cuando en realidad el no nació siendo alguien super badass y sin
miedo, por el contrario, era un chico inmaduro e idealista que creía que ser
marinero sería fácil, que sería una aventura que le permitirá conseguir
fortuna. Y evidentemente no fue así, jamás se había subido a un barco por lo
cual se mareo y lo paso fatal al inicio. Además, que cuando se embarca era un
muchacho que a duras penas llegaba a los 18 años. Hubo un largo trecho hasta
llegar al Edward Kenway que nosotros encarnamos y de algún modo el Edward de la
novela se siente un poco mas humano, al menos en lo que respecta a su evolución
y madurez como persona.
En el juego podemos ver
varios momentos en los que nos enfrentamos a dilemas éticos y en los que también
podemos ver que, si bien Kenway es un pirata y se endurecido con los años a
diferencia de otros piratas, y tal como lo dice James Kidd, el aún tiene algo
de principios. El problema es que la tentación es demasiado grande y es aquí
donde resuena aquella emblemática frase de barba negra “en un mundo sin oro,
podríamos haber sido héroes”. En este sentido es valioso el personaje de
Adewale, pues muchas veces funge como brújula moral para Kenway, evitando que
este se convierta en un ser tan despreciable como Rakam o tan enloquecido como Vane.
Y aquí es justo decir que
talvez incluso Ade o Mary pudieron ser mejores protagonistas de un AC de
piratas, pues al menos el Edward del juego realmente no tiene un buen
desarrollo de personaje o mas bien este se siente algo forzado, pues como ya
dije durante casi todo el juego, Kenway es un idiota que solo busca su propio
beneficio y de no haber sido por Ade y Mary que se la pasan increpándolo por
sus estupideces probablemente la trama habría sido mucho más lineal, con Edward
siendo el puto amo pues no hay nadie que le cuestione nada. Además de que, solo
tras la muerte de Mary, a Edward por fin le cae el 20 y decide cambiar el rumbo
de su vida e intentar seguir los ideales asesinos. Y es que si, ok Edward no
era precisamente un psicópata megalómano como Vane, ni un sucio traidor que
solo velaba por el mismo como Hornigold (que era un hombre con algo de
principios y bondad pues) y también es cierto que vio morir en sus brazos a una
gran amiga que hizo todo por intentar cambiar el mundo desde su trinchera; y
eso sacude a cualquiera.
Pero el problema es que el
desarrollo previo a este momento que debería resultar tan crucial es casi nulo,
de modo que el peso emocional de la escena está ahí pero el consecuente cambio
de conducta en Edward se siente forzado. Pues es como de “he sido un absoluto
imbécil todo este tiempo, he volteado bandera según me convenia, me pase por
arco del triunfo el credo y todo lo que Mary me dijo, pero ¡oh vaya! Ella acaba
de morir, creo que es hora de dar un cambio radical a mi vida, me volveré un
hombre de bien, si eso hare” como que no tiene mucha coherencia.
Pero bueno aun con todos
estos obvios baches argumentales, no podemos obviar un elemento que si funciona
bastante bien a nivel de narrativa.
Una república libre para
hombres libres
Libertad. Un concepto tan
viejo como manoseado, hemos escuchado tanto esta palabra a lo largo de nuestras
vidas que muy probablemente es algo que damos por sentado o a lo que
simplemente no le prestamos demasiada atención. Y creo que es justo de eso de
lo que trata esta historia, aunque para la mayoría no es mas que la historia de
un libertino. De hecho, hay una imagen que fue bastante popular hace unos años,
donde se mostraban los rostros de cada protagonista hasta la fecha y debajo la
motivación de cada uno (puras cosas super serias y trascendentales) y debajo de
Edward decía “putas” obvia referencia a como el rompía el tono que habían
tenido las entregas anteriores.
Pero chistes aparte la
realidad es que Black flag, para mí, va de la libertad; o más bien del desafío
por la misma. Kenway y el resto de los piratas con los que convivimos, además
de ser delincuentes, todos buscan libertad. Tan es así que durante gran parte
del juego su objetivo colectivo es hacer de Nassau una república libre, para
hombres libres; aunque, tristemente al final, es Ade quien le hace ver a Edward
que eso no fue más que una fantasía pues Nassau termino viéndose como lo que
siempre fue: un nido de ladrones, borrachos y fugitivos. No digo que sus formas
fueran las correctas, pero ciertamente ellos consiguieron (al menos por un
tiempo) la tan codiciada libertad, tan escasa y complicada de conseguir en
aquellas épocas. Ok eran piratas buscados por la ley y debían enfrentarse
constantemente a las tropas del rey (por lo que libres, libres lo que se dice
libres de andar por ahí, no tanto); pero también es cierto que no le debían rendir
cuentas a nadie mas que a ellos mismos, pues ni siquiera en Nassau existía del
todo alguna “autoridad”. De algún modo este grupo de piratas fueron un símbolo
de libertad personal e individual.
Y demás del gameplay sandbox
y el hecho de ser piratas, la libertad también se muestra en las decisiones
tomadas por Edward, pues el a diferencia de Mary y el resto de los asesinos (o
el mismo Desmond), fue libre de elegir meterse o no en esta lucha y para que
bando jugar. Y, aun así, al único bando que le fue realmente fiel fue al
jackdow y su tripulación. Aun con un desarrollo de trama y personaje
atropellado y un tanto forzado, yo siento que el juego en general funciona
bien, además de que logras empatizar con este montón de bandidos. Te preocupas
por ellos y hasta cierto punto puedes entender su aspiración de crear una
república libre. Si, también es cierto que son una fantasía de poder y hemos romantizado
la figura del pirata hasta la saciedad.
Aun con eso, casi todos
quienes hemos terminado el juego coincidimos con que ese final, esa escena con
Anne Bonny cantando y Edward viendo por ultima vez a todos sus amigos caídos, reunidos
en la mesa para después ir al encuentro de su hija, es simplemente maravilloso,
te enchina la piel cada que lo vez y se te llenan los ojos de lagrimas al
recordar la aventura. Si bien no creo que puedas sustentar toda una historia
solo en su final, también es cierto que pocas historias logran removerte tanto
con una escena tan corta.

AC black flag es todo menos
perfecto, es un muy mal AC y como juego de piratas es bueno a secas. Hay muchas
cosas y matices que el juego no nos muestra y que solo quienes leímos la novela
podremos comprender un poco mejor quien es Edward Kenway. Con todo eso creo que
a nivel jugable es un muy buen juego, una experiencia orgánica en cuanto a lo
que era ser un pirata, en la libertad que daba el vivir al margen de la ley y
la aventura que representaba lanzarte a la mar, a un continente aun poco
explorado. Y en términos narrativos, creo que al final es una buena historia de
redención; al final Edward no pudo salvarlos a todos (como ya es usual en esta
saga) pero logro encontrarse a si mismo, crecer y madurar, redimirse ante el
mismo para así poder enfrentar el desafío más grande en la vida cualquier
hombre: ser un buen padre para su hija.
Pues al final ha salido un análisis
mas largo de lo que pensaba; supongo es reflejo de que este, junto a la
trilogía de Ezio son mis juegos favoritos de la franquicia. Así que ¿ustedes
que opinan de este juego? Estaré encantada de leerlos en los comentarios. Por
ahora yo me despido y nos leemos la próxima vez.
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