Quienes
ya tienen tiempo leyéndome o me conocen en persona, saben que soy muy fan del
anime y últimamente también del manga, eso no es un secreto, pero ¿Cómo fue que
llegamos aquí? Bueno amigos míos, agárrense porque hoy los voy a llevar por un
viaje al pasado que involucra anime, dibujos, tontería adolescente, frikismo en
general y cringe, mucho cringe. Pero empecemos por el principio, yo llevo
metida en todo esto de la cultura friki mas o menos desde los 9-10 años, así
que vamos a tirarle alto y digamos que tengo mas o menos 18 años siendo una
otaku culiah. Pero a ver no se crean que desde el inicio me tire de cabeza al
frikismo; volvamos por un momento a la Ren chiquita de 9 años. Como buena niña
nacida a fines de los 90´s crecí viendo los animes que pasaban por la tele:
Sakura Card Captor, Digimon, Inuyasha, Shaman King, Yu-Gi-oh!, Beyblade,
Hamtaro, Samurai X, Nadja, Mirmo zibang, Tokyo mew mew, Naruto, etc. y como en
mi casa teníamos cable ya por allá de los 11-12 años me tope con el mejor canal
que recuerdo de aquellos años: Animax. Transmitían full anime en latino las 24
horas, era un sueño y gracias a este canal conocí muchos otros animes (que en
retrospectiva varios no eran tan buenos, pero en aquellos años cualquier cosa
que viniera de Japón era bienvenida)
Pero
creo que me estoy adelantando porque todo esto fue cuando yo ya estaba
interesada en el anime. La razón por la que me interese en primer lugar era
porque si bien cuando era niña para mi todas eran caricaturas, estas
“caricaturas” en especial se veían diferentes. No eran tan episódicas y la
historia se continuaba capitulo a capitulo, pero creo que lo que me atrapo en
un inicio fue su estética, no se parecían a ninguna otra caricatura que hubiera
visto hasta entonces y a eso súmenle el tipo de tramas que tenían llenas de
acción, magia y ese aire exótico que tenían, pues terminaron atrapándome. Como
ya lo dije, acá en México durante los 2000´s trasmitieron varios animes (tanto
en cable como en tv abierta) y cuando tuve una computadora con acceso a
internet, me dediqué a buscar más información sobre estas series que tanto me
gustaban. Fue así como super que se llamaban anime y eran japonenses; este
simple descubrimiento me abrió un mundo nuevo, pues empecé a interesarme más
por Japón y trate de averiguar todo lo que mi mente infantil logro absorber en
eso años.
Volviendo
a occidente, la razón de porque autodenominarnos otakus era porque en aquellos
años no era tan común ni fácil consumir anime más allá de los que llegaban a
pasar en la tele y peor aún si seguías viéndolo cuando ya no eras un niño. En
Japón el anime es algo que todo mundo consume, como acá pasa con series tipo
Malcolm, los Simpson, o Bob esponja, esta super normalizado y ves a oficinistas
leyendo la shonen jump (de las revistas de manga mas importantes de Japón) en
el tren, los niños ven anime llegando de la escuela y hasta las señoras siguen
alguna serie de anime que pasan por la noche. Es un producto cultural muy extendido
allá; pero en aquellos ayeres, acá en occidente y específicamente México la
cosa era distinta. Siendo así, para fines prácticos quienes somos fans del
anime nos llamamos a nosotros mismos otakus; la Conexión Manga me abrió el
panorama a todo un nuevo mundo y lo más importante: me ayudo a no sentirme tan
sola ni tan rara.
A
ver puede que si ustedes crecieron en una ciudad esto que estoy diciendo suene estúpido,
pero pónganse en mi contexto: crecí en un pueblo que es básicamente un desierto
cultural, el internet estaba en pañales y no conocía a nadie mas con estos
gustos; así que esta revista era básicamente mi única fuente de información
sobre el anime en todo sentido (estrenos, anime/manga clásico, noticias del
mundillo, etc.), además de que fue gracias a los anuncios y reportajes que
venían en la revista me entere de las convenciones de anime que se hacían en la
ciudad de México. Esto ultimo es muy importante porque por mucho tiempo sentía
que yo era la única rara a la que le gustaba esto; a ver obviamente no era así
pero la cosa es que yo no conocí mas otakus/frikis en mi circulo cercano hasta
que entre a secundaria y aun así éramos super contados. Tipo, éramos 6 otakus dentro de una escuela
de casi mil alumnos y ni siquiera íbamos en el mismo grado o salón; estábamos
repartidos entre los 6 grupos de los 3 grados. Así que espero puedan entender
lo importante y chido que fue para mi la primera vez que fui a una convención
de anime.
Por fin me siento en
casa
Desde
ese entonces ahorraba todo lo que podía para por lo menos ir una vez al año a
una convención (llego un punto donde se hacían 5-6 convenciones en el año, solo
en CDMX), me compre un sinfín de chácharas, muchas de las cuales aun conservo:
pelucas, peluches, mochilas, monederos, cromos, figuras, chamarras, pines,
llaveros, bufandas, etc. Con los años fui conociendo más compañeros de escuela,
que eventualmente se volvieron amigos, con quienes compartía este gusto y con
ellos me iba a las convenciones (la ultima a la que fui, fue al iniciar la
carrera). De hecho tengo una anécdota que me sigue dando ternura: en una de las
ultimas convenciones a las que fui, mientras estaba viendo chácharas en un
stand, me toco escuchar a una niña de unos 9-10 años conversar con su papá
quien le preguntaba “bueno pero entonces ¿qué te quieres llevar?” y la niña respondió
“todo” jajajaja esa simple respuesta me hizo sonreír porque yo también fui como
esa niña y perfectamente entiendo ese sentimiento.
Sobre
esto ultimo del bullying, yo en lo personal no lo sufrí pero si conocí gente
que si soporto burlas y el ser excluidos por ser los “raros” y es que si bien
ahorita los morritos viven en el privilegio de que el anime y toda la cultura
friki ya es algo socialmente aceptado, cuando yo era niña y aun buena parte de
mi adolescencia decir abiertamente que eras otaku, te condenaba a ser un
apestado social o mínimo a que bastante gente te viera/tratara como bicho raro.
Por eso estoy muy feliz de que ahora esto haya cambiado y que los más jóvenes
que se adentran a este mundillo no tengan que pasar por el escarnio publico de
ser avergonzados por sus hobbies.
No era una fase mamá
Como
ya les dije al anime/manga ha sido un hobbie que me a acompañado el 90% de mi
vida y me atrevería a decir que en realidad forma parte importante de quien
soy. En algún momento llegue a pensar si este sería un interés que se me iría
pasando con los años y algún día dejaría de gustarme. Hoy puedo decir que no
fue una fase y lejos de lo que mucha gente me llego a decir, no era un hobbie
infantil que ya iría dejando al crecer; todo lo contrario, ahora que trabajo y
tengo el dinero para comprarme mis caprichos otakus, mi cuarto es la
virgo-cueva 3000 y yo no podría estar mas feliz.
Con
los años hubo muchas cosas de la cultura friki que deje atrás, no solo por que
dejaron de llamarme la atención (como ir a convenciones) o por falta de tiempo
y presupuesto (verme 24 capítulos de anime en 2 días o intentar hacer cosplay
de bajo presupuesto), también hubo algunas mas que simplemente se fueron
diluyendo con el paso de los años por que dejaron de ser necesarias. Una de
estas ultimas fueron las revistas especializadas en anime y manga; la última
conexión manga que compre fue la 257 y parece ser que ese proyecto por fin
murió. Si bien le guardo un enorme cariño a mí colección que aún conservo (y
las atesoro como mi alma), la realidad es que su existencia ya no tiene sentido
en estos tiempos. En aquellos ayeres eran útiles para enterarte de los estrenos
de temporada, noticias relacionadas al mundillo y conocer obras clásicas, pero
con la masificación de internet, el nacimiento y consolidación de más y más
youtubers de anime y la relativa facilidad para conseguir merch oficial desde
Japón, la existencia de estas revistas era un mero capricho de coleccionismo nostálgico.
Fue bueno mientras duro y a los otakus mas veteranos les dio la oportunidad de
conectar con mas gente que compartía su hobbie. Larga vida a la conexión manga,
hasta siempre vieja amiga.
Ser friki, una década
después.
No
sé qué carajo paso entre el 2012-1015 que el anime, el manga y la cultura friki
en general resurgió y se masifico de una manera impresionante. A ver, se que
series como “the big bang theory” ayudaron a limpiar la imagen de los nerds y
haberlo ver cool; lo mismo las películas de superhéroes y el UCM. Pero en algún
momento de esos años, ser otaku, friki, geek, nerd, etc. Dejo de ser visto como
algo de marginados sociales y medio underground para convertirse en un fenómeno
de masas, como sucedió con el k-pop. Creo que algo tuvo que ver con que todos
los que habíamos sido adolescentes frikis a mediados de los 2000´s, ahora éramos
jóvenes adultos con trabajo y dinero para gastar a lo idiota en merch de
nuestras ñoñadas favoritas; así como la llegada de plataformas como Amino o tik
tok que vendrían a ser una versión zoomer de los foros frikis de los 2000´s y
lograron que este gusto se propagara entre los chavitos.
Pues
bueno, vaya viaje ¿no? Espero le haya gustado este vistazo al pasado y en específico
a uno de los hobbies que me han hecho quien soy hoy. Si alguno de ustedes también
tiene historia dentro de este mundillo me encantaría leerlos en los comentarios
y si apenas están comenzando en este maravilloso mundo, bienvenidos y no se
espanten, les aseguró que se la van a pasar bien. No me queda más que decir
¡felices 6 años al blog! Espero me acompañen muchos más, gracias a los de
siempre, a los nuevos y a los que están por llegar; gracias por darse una
vuelta por este humilde rincón de internet. Por ahora yo me despido y nos
leemos la próxima vez.
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