Aun así, con todo y el sinfín de cosas malas que dejo ese año, una de las pocas
cosas buenas que me dio a mi, fue que me hizo regresar a otras de mis aficiones.
Y si bien ya no siento que este en ese bloque lector, honestamente este último
año les dedique mucho más tiempo a otros de mis hobbies (el dibujo, ver anime,
jugar videojuegos) y la lectura de novelas y no ficción se fue quedando cada
vez mas atrás. Y a ver, no me malinterpreten, leer sigue siendo algo que
disfruto mucho, no por nada pase unos 5 años en un frenesí de lectura sin igual,
pero creo que simplemente estoy en otra etapa de mi vida lectora; porque el año
pasado si leí bastante pero no libros, sino mangas.
Y es que de eso les vengo a hablar hoy, de mi experiencia leyendo prácticamente solo manga durante un año. Para quien no lo sepa, los pongo en contexto rápidamente; el manga es el termino con el que se les conoce a los comics japoneses, al igual que le comic americano, suelen ser series compuestas por varios tomos (aunque también son comunes los tomos únicos o one shots) y existen diferentes demografías para los mismos. Las mayores diferencias con los comics occidentales, es el que hecho de que el manga es en blanco y negro, su formato suele ser mucho mas pequeño (como libro de bolsillo) y se leen en sentido contrario (es decir de derecha a izquierda) tanto las viñetas como el sentido en que se abren los tomos.
¿Cómo
cambian las cosas verdad? Y es que, las cosas como son, yo llevo en esto del
mundillo otaku, pongámosle unos 15-16 años (maso empecé a interesarme en serio
cuando tenia unos 10-11 años) y por una buena parte de esa época, el manga era
algo que me daba flojera, a pesar de que siempre me a gustado leer, por alguna razón
la idea de leer manga no me atraía. Supongo que gran parte tuvo que ver el
hecho de que los mangas mas famosos suelen ser obras largas y yo no me veía
leyéndome 30 tomos o más; y a eso súmenle que, por mucho tiempo, aquí en México,
conseguir mangas tampoco era tan fácil, si en PDF no era fácil, ya de manga
físico ni hablamos. Y no se crean que por aquellos ayeres no había editoriales
que trajeran manga, claro que las había, y, es más, traían mangas incluso más
desconocidos que los que se consiguen ahora y a precios absurdamente bajos
(claro tampoco es como que la calidad fuera una maravilla, pero en aquellos
años cualquier cosa de Japón era bienvenida). De hecho, por ahí perdido debo
tener todavía un tomo del manga de Beyblade que compre cuando iba en
secundaria.
Total,
que aun con eso, yo realmente no me interese por el manga, pues siempre vi como
más entretenido y fácil de consumir el ver anime. Y si, tampoco les voy a negar que el anime sigue siendo un medio
tremendamente dinámico para consumir historias, pero también es cierto que hay
magas buenísimos que difícilmente veremos animados (algunos la verdad no creo
que se animen jamás), ya sea por sus tramas mucho más adultas y complejas,
porque son obras mas bien de culto con un nicho de fans muy especifico o porque
el arte de las mismas es demencial y no veo forma de que animen ciertos paneles
sin meterle cantidades monstruosas de CGI que inevitablemente se verá feo. Y es
justo por este tipo de joyas que el manga me fue llamando más y más la atención
conforme fui creciendo.
Otro
aliciente para leer manga es poder saber cómo termina una historia, pues no es
poco común que algún anime no adapte en su totalidad el manga de donde salió o
de plano le cambien el final (esto pasaba mucho en los 2000’s cuando se
animaban mangas en emisión y el anime lo alcanzaba, así que el autor daba
permiso que le dieran otro final al anime). Y fue justo por esto que en 2017
compre mi primer manga completo: el box set de Maid sama! (Ya hay una reseña de
este en el blog, por cierto) ya les conté ahí que yo había visto su anime en la
secundaria, pero como es común, la historia estaba incompleta. Así que cuando
vi que Panini saco el manga completo dije “¿Por qué no? Vamo a leerlo”.
Maid sama! Fue el primer manga completo que compré, pero no el primero que me leí completo; ese fue Oyasumi Punpun (también tiene reseña). Este manga fue el que me termino de convencer de que leer manga estaba chido. Me leí sus 13 tomos en un fin de semana y me voló la cabeza. Fue a partir de ahí que empecé a buscar que otros mangas estaba trayendo Panini a México, empecé a comprar muchas series que me habían recomendado, también vi que tenían alguno clásicos y bueno a partir de ahí se me empezaron a ir todas las quincenas en mangas. Y si bien, desde 2017 yo ya estaba leyendo mangas entre mis lecturas de novelas, no fue hasta el año pasado que realmente me deje ir con todo en esto de leer y seguir mangas.
Una
experiencia diferente.
El
manga te permite pararte a leer y releer una escena, admirar el dibujo y
entender bien que esta pasando cuando hay escenas de acción. A eso súmenle el que,
de alguna manera, tu rellenas los fotogramas que faltan en medio de las
viñetas; me refiero a que el mangaka solo nos da ciertas partes claves para que
entendamos que esta pasando, pero todo el movimiento, la acción como tal, uno
la completa en su cabeza e incluso terminas poniéndole banda sonora. Esto último
se los menciono porque entre los mangas que he estado leyendo esta “Shaman
King”, del cual en 2021 también se estrenó un remake de su anime, así que yo he
ido viendo los capítulos conforme voy leyendo el manga y he podido compararlos
teniendo el recuerdo mas fresco.
Sobre
algunos otros mangas que estuve leyendo este año estuvo Monster de Naoki
Urasawa, Atelier of Witch hat de Kamome Shirahama, Chainsaw man de Tatsuki
Fujimoto, Ao no flag de KAITO, black paradox de Junji Ito, Silver Spoon de
Hiromu Arakawa, Solanin de Inio Asano y Wotakoi de Fujita. De todos estos, solo
he terminado Silver spoon, pero puedo decirles que nunca en mi vida habría
podido consumir esta cantidad de historias si todas las hubiera visto en su
versión anime. Y es que esta es otra gran virtud que he notado del manga: al
ser tomos cortos en su mayoría (salvo honrosas excepciones como Monster), es
muy fácil terminártelos en una o dos horas y seguirte con los demás tomos. Sin
problemas puedes terminarte una serie completa en una semana (hablando de obras
largas) si te engancha lo suficiente. No te tienes que quedar con un capítulo
de 20 minutos por semana, de nuevo el ritmo lo pones tú.
Como
ya les dije al leer, por bueno que sea el autor y por mas detallista que sea al
describir una escena, inevitablemente tendrá que ir describiendo una a una de
las acciones de los personajes (cuando hay muchos). Para fines prácticos, leer
un manga, por momentos se siente como ver storyboards; pues te permite ver el
cuadro completo de un golpe y sentirte parte de la escena, pues obviamente los autores
dibujan cada panel desde un ángulo o perspectiva específicos, de modo que el
momento se vea más espectacular o dramático. Cosa que, en los libros, depende
mucho de tu capacidad para imaginar una escena con una perspectiva
cinematográfica.
Cambiar de aires
En
resumen, este último año leyendo prácticamente solo manga ha sido una
experiencia refrescante, que creo que me ayudo a despejarme un poco mentalmente
de tanta novela y no ficción que había estado leyendo en los últimos años. Además
de que, aunque suene a cliché, la verdad es que los autores asiáticos tienen
una creatividad difícil de encontrar en occidente. El abanico tan amplio de
historias, tramas, personajes y situaciones que te pueden ofrecer los mangas es
algo que difícilmente he visto en la literatura occidental. Puede que el comic
tenga más opciones, pero como honestamente nunca he sido gran fan del mismo no
puedo opinar.
Al
principio les dije que yo llevo en esto desde hace más de una década y es
inevitable para mi haber llegado a un punto donde siento que ya lo he visto
todo (consideren que en mi adolescencia yo me acaba animes de 24 capítulos en 2
días) y justo por eso le recomendaría el manga a cualquiera que se encuentre en
la misa situación. He hablado sobre esto con varios amigos otakus y todos
coinciden en que llega un punto en el que te entra la locura por leer manga;
casi siempre porque hay obras maestras que lo mas seguro es que nunca veremos
animadas o si se ha intentado, se ha hecho de manera espantosa (si los estoy
viendo a ustedes Berserk del 2016 y Gantz).
Como
les dije al inicio, estoy en otro punto de mi vida lectora, ya me pasé 5 años
devorando novelas como si no hubiera mañana, pero ahora quiero tomármelo con un
poco mas de calma. Entre que el 2020 me provoco un parón enorme, creo que este
bloqueo lector también nació de que me sature de novelas; descuide por mucho
tiempo mis otros hobbies por darle prioridad a la lectura, así que creo que al
menos por ahora, voy a dedicarle mas tiempo a otras cosas que también me hacen
feliz y al final, no es como que haya dejado de leer, simplemente ahora lo hago
en otro formato que de momento me tiene enganchadísima.
Pues
esto a sido un poco mi resumen de lecturas tras un año leyendo 90% de manga.
Quise contarles un poco sobre esta experiencia porque como les dije, no veía
sentido a hacer un top 10 de lecturas cuando solo leí 3 novelas y lo demás son
tomos de mangas que aún no termino; así que no le veía sentido a recomendar
tomos sueltos. Estos últimos dos años han sido algo raros, pero creo que ya
todo esta empezando a fluir en la dirección correcta. ¿a ustedes como los trato
el 2021? Espero que no tan mal ¿ustedes han leído manga alguna vez? ¿les gusta
o llama la atención? Estaré encantada de leer sus comentarios. Por ahora yo me
despido, no sin antes desearles un buen inicio de año y nosotros leeremos la
próxima vez.
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