domingo, 2 de enero de 2022

Un año leyendo manga

 


¡Feliz año nuevo! ¿ya listos para el 2022 o ustedes también siguen procesando el 2020? :”v bromas aparte, espero que estén empezando bien el año (o al menos no tan mal). Como saben, desde hace un par de años, cada enero en este blog hago un top de mis mejores lecturas, pero como podrán inferir por el título, este no es el caso de este año. Verán, la verdad es que 2020 fue un parón en seco para todos en todo sentido; Y honestamente creo que las secuelas de ese año de mierda nos van a perseguir a todos por un buen tiempo de nuestras vidas.  

Aun así, con todo y el sinfín de cosas malas que dejo ese año, una de las pocas cosas buenas que me dio a mi, fue que me hizo regresar a otras de mis aficiones. Y si bien ya no siento que este en ese bloque lector, honestamente este último año les dedique mucho más tiempo a otros de mis hobbies (el dibujo, ver anime, jugar videojuegos) y la lectura de novelas y no ficción se fue quedando cada vez mas atrás. Y a ver, no me malinterpreten, leer sigue siendo algo que disfruto mucho, no por nada pase unos 5 años en un frenesí de lectura sin igual, pero creo que simplemente estoy en otra etapa de mi vida lectora; porque el año pasado si leí bastante pero no libros, sino mangas.

Y es que de eso les vengo a hablar hoy, de mi experiencia leyendo prácticamente solo manga durante un año. Para quien no lo sepa, los pongo en contexto rápidamente; el manga es el termino con el que se les conoce a los comics japoneses, al igual que le comic americano, suelen ser series compuestas por varios tomos (aunque también son comunes los tomos únicos o one shots) y existen diferentes demografías para los mismos. Las mayores diferencias con los comics occidentales, es el que hecho de que el manga es en blanco y negro, su formato suele ser mucho mas pequeño (como libro de bolsillo) y se leen en sentido contrario (es decir de derecha a izquierda) tanto las viñetas como el sentido en que se abren los tomos.

Como podrán darse cuenta, leer manga es una experiencia muy distinta a leer una novela o un comic occidental. Y si bien no me era totalmente ajena (pues hace años yo ya había leído un par de one shots y tomos sueltos), principalmente porque leo mucho web comic asiático y también doujinshis (mangas amateur que muchas veces son fanfics de obras ya conocidas), no fue hasta el año pasado que me entro la locura absoluta por leer manga. Y aquí tengo que hacer una confesión: por muchos años a mí me dio mucha flojera la idea de leer manga (gasp in spanish).

¿Cómo cambian las cosas verdad? Y es que, las cosas como son, yo llevo en esto del mundillo otaku, pongámosle unos 15-16 años (maso empecé a interesarme en serio cuando tenia unos 10-11 años) y por una buena parte de esa época, el manga era algo que me daba flojera, a pesar de que siempre me a gustado leer, por alguna razón la idea de leer manga no me atraía. Supongo que gran parte tuvo que ver el hecho de que los mangas mas famosos suelen ser obras largas y yo no me veía leyéndome 30 tomos o más; y a eso súmenle que, por mucho tiempo, aquí en México, conseguir mangas tampoco era tan fácil, si en PDF no era fácil, ya de manga físico ni hablamos. Y no se crean que por aquellos ayeres no había editoriales que trajeran manga, claro que las había, y, es más, traían mangas incluso más desconocidos que los que se consiguen ahora y a precios absurdamente bajos (claro tampoco es como que la calidad fuera una maravilla, pero en aquellos años cualquier cosa de Japón era bienvenida). De hecho, por ahí perdido debo tener todavía un tomo del manga de Beyblade que compre cuando iba en secundaria.

Total, que aun con eso, yo realmente no me interese por el manga, pues siempre vi como más entretenido y fácil de consumir el ver anime. Y si, tampoco les voy a  negar que el anime sigue siendo un medio tremendamente dinámico para consumir historias, pero también es cierto que hay magas buenísimos que difícilmente veremos animados (algunos la verdad no creo que se animen jamás), ya sea por sus tramas mucho más adultas y complejas, porque son obras mas bien de culto con un nicho de fans muy especifico o porque el arte de las mismas es demencial y no veo forma de que animen ciertos paneles sin meterle cantidades monstruosas de CGI que inevitablemente se verá feo. Y es justo por este tipo de joyas que el manga me fue llamando más y más la atención conforme fui creciendo.

Otro aliciente para leer manga es poder saber cómo termina una historia, pues no es poco común que algún anime no adapte en su totalidad el manga de donde salió o de plano le cambien el final (esto pasaba mucho en los 2000’s cuando se animaban mangas en emisión y el anime lo alcanzaba, así que el autor daba permiso que le dieran otro final al anime). Y fue justo por esto que en 2017 compre mi primer manga completo: el box set de Maid sama! (Ya hay una reseña de este en el blog, por cierto) ya les conté ahí que yo había visto su anime en la secundaria, pero como es común, la historia estaba incompleta. Así que cuando vi que Panini saco el manga completo dije “¿Por qué no? Vamo a leerlo”.

Maid sama! Fue el primer manga completo que compré, pero no el primero que me leí completo; ese fue Oyasumi Punpun (también tiene reseña). Este manga fue el que me termino de convencer de que leer manga estaba chido. Me leí sus 13 tomos en un fin de semana y me voló la cabeza. Fue a partir de ahí que empecé a buscar que otros mangas estaba trayendo Panini a México, empecé a comprar muchas series que me habían recomendado, también vi que tenían alguno clásicos y bueno a partir de ahí se me empezaron a ir todas las quincenas en mangas. Y si bien, desde 2017 yo ya estaba leyendo mangas entre mis lecturas de novelas, no fue hasta el año pasado que realmente me deje ir con todo en esto de leer y seguir mangas.

Una experiencia diferente.

Como ya les dije al inicio, leer mangas es bastante diferente a leer otros formatos y a sido una grata experiencia, principalmente porque el manga tiene algo que el anime y las novelas no: tu pones el ritmo. A ver ya se que los autores ordenan los paneles de ciertas formas para marcar cierto el ritmo que quieren llevar, pero la cosa es que tú puedes detenerte todo lo que quieras en un solo panel o pagina para admirar el arte y procesar que esta pasando en ese momento concreto. Cosa difícil con el anime, pues quieran que no, por rápido que leas, los diálogos son un subtitulo que dura unos segundos antes de pasar a lo siguiente y en el caso de los animes de acción, a veces no hay mucho chance de prestar atención bien a que esta pasando en una pelea.

El manga te permite pararte a leer y releer una escena, admirar el dibujo y entender bien que esta pasando cuando hay escenas de acción. A eso súmenle el que, de alguna manera, tu rellenas los fotogramas que faltan en medio de las viñetas; me refiero a que el mangaka solo nos da ciertas partes claves para que entendamos que esta pasando, pero todo el movimiento, la acción como tal, uno la completa en su cabeza e incluso terminas poniéndole banda sonora. Esto último se los menciono porque entre los mangas que he estado leyendo esta “Shaman King”, del cual en 2021 también se estrenó un remake de su anime, así que yo he ido viendo los capítulos conforme voy leyendo el manga y he podido compararlos teniendo el recuerdo mas fresco.

Esto de poder comparar el manga y su versión anime conforme van saliendo los capítulos me hizo darme cuenta de si bien, efectivamente, las escenas de acción suelen verse aun mas geniales animadas, con un buen soundtrack y tremendos encuadres, también creo que algunas escenas que son mas bien tranquilas o de reflexión, se sintieron muy apresuradas o resumidas en el anime. Que, a ver, también entiendo a los animadores, solo van a tener 52 capítulos para contar un manga de casi 30 tomos (para que comparen mejor, FMA tiene 30 tomos y su anime tuvo casi 80 capítulos) así que es obvio que van a tener que resumir ciertas cosas o meterle velocidad a la presentación de personajes. Pero, aun así, volvemos, ver anime y leer manga son dos experiencias distintas y que también pueden ser a la vez complementarias.

Sobre algunos otros mangas que estuve leyendo este año estuvo Monster de Naoki Urasawa, Atelier of Witch hat de Kamome Shirahama, Chainsaw man de Tatsuki Fujimoto, Ao no flag de KAITO, black paradox de Junji Ito, Silver Spoon de Hiromu Arakawa, Solanin de Inio Asano y Wotakoi de Fujita. De todos estos, solo he terminado Silver spoon, pero puedo decirles que nunca en mi vida habría podido consumir esta cantidad de historias si todas las hubiera visto en su versión anime. Y es que esta es otra gran virtud que he notado del manga: al ser tomos cortos en su mayoría (salvo honrosas excepciones como Monster), es muy fácil terminártelos en una o dos horas y seguirte con los demás tomos. Sin problemas puedes terminarte una serie completa en una semana (hablando de obras largas) si te engancha lo suficiente. No te tienes que quedar con un capítulo de 20 minutos por semana, de nuevo el ritmo lo pones tú.

Además, está el hecho de que pude intercalar historias muy distintas entre sí en todo sentido y me topé con otra diferencia sustancial con las novelas. En una novela, por descriptivo que sea el autor, estas limitado a tu capacidad para imaginar todo lo que está sucediendo e inevitablemente en el momento en que dejes de leer o prestar atención, la magia se desvanece. Con el manga sentía que el mundo estaba aun mas vivo, pues aun habiendo un panel principal que ocupa gran parte de la página, seguimos pudiendo ver las reacciones de los personajes en el fondo; sabes que está ocurriendo en una escena con mucha gente con solo una mirada.

Como ya les dije al leer, por bueno que sea el autor y por mas detallista que sea al describir una escena, inevitablemente tendrá que ir describiendo una a una de las acciones de los personajes (cuando hay muchos). Para fines prácticos, leer un manga, por momentos se siente como ver storyboards; pues te permite ver el cuadro completo de un golpe y sentirte parte de la escena, pues obviamente los autores dibujan cada panel desde un ángulo o perspectiva específicos, de modo que el momento se vea más espectacular o dramático. Cosa que, en los libros, depende mucho de tu capacidad para imaginar una escena con una perspectiva cinematográfica.   

Cambiar de aires

En resumen, este último año leyendo prácticamente solo manga ha sido una experiencia refrescante, que creo que me ayudo a despejarme un poco mentalmente de tanta novela y no ficción que había estado leyendo en los últimos años. Además de que, aunque suene a cliché, la verdad es que los autores asiáticos tienen una creatividad difícil de encontrar en occidente. El abanico tan amplio de historias, tramas, personajes y situaciones que te pueden ofrecer los mangas es algo que difícilmente he visto en la literatura occidental. Puede que el comic tenga más opciones, pero como honestamente nunca he sido gran fan del mismo no puedo opinar.

Tras un año leyendo manga puedo decirles que entiendo perfectamente porque tanta gente prefiere a veces el manga frente al anime, entiendo porque hay ciertos mangas que han pasado a la historia como obras fundacionales y sus autores se consideran al nivel de gente como Asimov, Orwell, J.K Rowling, Tolkien o Shirley Jackson por mencionar algunos. El manga, a pesar de técnicamente ser un comic, tiene un sello distinto a lo que estamos acostumbrados, ya no solo por sus temas, sino por su manera de contar las historias, sus tropos, su formato, el hecho de ser en blanco y negro (que para nada interfiere con la experiencia en obras sangrientas o más alegres). En general por todo lo que conlleva el hecho de que sus autores provienen de una cultura muy diferente a la nuestra además de que crecieron consumiendo anime y manga; e inevitablemente esta idiosincrasia permea sus obras, permitiéndonos ver el mundo e incluso los tropos clásicos (como el viaje del héroe, las tramas de venganza tipo Hamlet, los mitos artúricos e incluso los mitos religiosos) que ya todos conocemos y hemos visto en cientos de historias, con otros ojos.

Al principio les dije que yo llevo en esto desde hace más de una década y es inevitable para mi haber llegado a un punto donde siento que ya lo he visto todo (consideren que en mi adolescencia yo me acaba animes de 24 capítulos en 2 días) y justo por eso le recomendaría el manga a cualquiera que se encuentre en la misa situación. He hablado sobre esto con varios amigos otakus y todos coinciden en que llega un punto en el que te entra la locura por leer manga; casi siempre porque hay obras maestras que lo mas seguro es que nunca veremos animadas o si se ha intentado, se ha hecho de manera espantosa (si los estoy viendo a ustedes Berserk del 2016 y Gantz).

Como les dije al inicio, estoy en otro punto de mi vida lectora, ya me pasé 5 años devorando novelas como si no hubiera mañana, pero ahora quiero tomármelo con un poco mas de calma. Entre que el 2020 me provoco un parón enorme, creo que este bloqueo lector también nació de que me sature de novelas; descuide por mucho tiempo mis otros hobbies por darle prioridad a la lectura, así que creo que al menos por ahora, voy a dedicarle mas tiempo a otras cosas que también me hacen feliz y al final, no es como que haya dejado de leer, simplemente ahora lo hago en otro formato que de momento me tiene enganchadísima.

Pues esto a sido un poco mi resumen de lecturas tras un año leyendo 90% de manga. Quise contarles un poco sobre esta experiencia porque como les dije, no veía sentido a hacer un top 10 de lecturas cuando solo leí 3 novelas y lo demás son tomos de mangas que aún no termino; así que no le veía sentido a recomendar tomos sueltos. Estos últimos dos años han sido algo raros, pero creo que ya todo esta empezando a fluir en la dirección correcta. ¿a ustedes como los trato el 2021? Espero que no tan mal ¿ustedes han leído manga alguna vez? ¿les gusta o llama la atención? Estaré encantada de leer sus comentarios. Por ahora yo me despido, no sin antes desearles un buen inicio de año y nosotros leeremos la próxima vez.