lunes, 21 de noviembre de 2022

Crónicas otaku. Mas de una década de anime

 

Han pasado 6 años, 6 años desde que empecé este proyecto. Si todo sale bien esto se estará publicando el día del aniversario del blog y yo abre cumplido el sueño de ver a MCR en vivo (spoiler: se logró y fue hermoso). El año pasado ya les conté la historia de este proyecto y ya les he contado un poco sobre mí, pero como estamos celebrado que logre mantener a flote este blog un año más, decidí que sería buena idea contarles un poco sobre mi historia con una de las cosas mas importantes en mi vida: el mundillo del manga/anime.

Quienes ya tienen tiempo leyéndome o me conocen en persona, saben que soy muy fan del anime y últimamente también del manga, eso no es un secreto, pero ¿Cómo fue que llegamos aquí? Bueno amigos míos, agárrense porque hoy los voy a llevar por un viaje al pasado que involucra anime, dibujos, tontería adolescente, frikismo en general y cringe, mucho cringe. Pero empecemos por el principio, yo llevo metida en todo esto de la cultura friki mas o menos desde los 9-10 años, así que vamos a tirarle alto y digamos que tengo mas o menos 18 años siendo una otaku culiah. Pero a ver no se crean que desde el inicio me tire de cabeza al frikismo; volvamos por un momento a la Ren chiquita de 9 años. Como buena niña nacida a fines de los 90´s crecí viendo los animes que pasaban por la tele: Sakura Card Captor, Digimon, Inuyasha, Shaman King, Yu-Gi-oh!, Beyblade, Hamtaro, Samurai X, Nadja, Mirmo zibang, Tokyo mew mew, Naruto, etc. y como en mi casa teníamos cable ya por allá de los 11-12 años me tope con el mejor canal que recuerdo de aquellos años: Animax. Transmitían full anime en latino las 24 horas, era un sueño y gracias a este canal conocí muchos otros animes (que en retrospectiva varios no eran tan buenos, pero en aquellos años cualquier cosa que viniera de Japón era bienvenida)

Pero creo que me estoy adelantando porque todo esto fue cuando yo ya estaba interesada en el anime. La razón por la que me interese en primer lugar era porque si bien cuando era niña para mi todas eran caricaturas, estas “caricaturas” en especial se veían diferentes. No eran tan episódicas y la historia se continuaba capitulo a capitulo, pero creo que lo que me atrapo en un inicio fue su estética, no se parecían a ninguna otra caricatura que hubiera visto hasta entonces y a eso súmenle el tipo de tramas que tenían llenas de acción, magia y ese aire exótico que tenían, pues terminaron atrapándome. Como ya lo dije, acá en México durante los 2000´s trasmitieron varios animes (tanto en cable como en tv abierta) y cuando tuve una computadora con acceso a internet, me dediqué a buscar más información sobre estas series que tanto me gustaban. Fue así como super que se llamaban anime y eran japonenses; este simple descubrimiento me abrió un mundo nuevo, pues empecé a interesarme más por Japón y trate de averiguar todo lo que mi mente infantil logro absorber en eso años.

Volviendo a los 9-10 años, ya para entonces yo estaba bastante metida en buscar y consumir todo lo que remotamente pareciera anime. No todo fue bueno y me tragué mucha basura, pero también descubrí joyitas a las que les guardo cariño y aquí entra el segundo descubrimiento importante en mi vida: las revistas de anime. Todo comenzó con un número random de la revista Conexión Manga (tremenda institución dentro del mundillo friki en México) que mi mamá me compro porque tenía a Pucca en la portada y pensó que podría gustarme. Esa simple casualidad seria lo que sellaría mi gusto por este medio, pues gracias a esta y otras revistas que fui comprando a lo largo de los años me entere de mucha terminología que yo desconocía y supe sobre toda la cultura que había detrás del anime y posteriormente el manga. Supe que en occidente, los fans del anime suelen auto denominarse otakus (años después surgió el termino friki para englobar a varias comunidades que orbitaban alrededor del manga/anime en occidente) o akiba kei. Aquí debo a hacer un paréntesis, pues la razón de porque surgió este segundo término es porque en Japón, la palabra otaku tiene una connotación negativa y se usa para referirse a los fans obsesivos de cualquier cosa. Puede haber otakus del futbol, alguna banda, los libros, las computadoras, los videojuegos, la segunda guerra mundial, etc. Se refiere a toda persona que esta tan enfrascada en el tema o hobbie de su obsesión que ya están desconectados de la realidad y suelen ser bastante asociales y retraídos; básicamente el estereotipo del nerd en las películas gringas. Y si bien este estigma se ha ido diluyendo con los años y ahora la palabra (sobre todo entre gente joven) se usa mas a la ligera, por aquellos años aun era un insulto en Japón.

Volviendo a occidente, la razón de porque autodenominarnos otakus era porque en aquellos años no era tan común ni fácil consumir anime más allá de los que llegaban a pasar en la tele y peor aún si seguías viéndolo cuando ya no eras un niño. En Japón el anime es algo que todo mundo consume, como acá pasa con series tipo Malcolm, los Simpson, o Bob esponja, esta super normalizado y ves a oficinistas leyendo la shonen jump (de las revistas de manga mas importantes de Japón) en el tren, los niños ven anime llegando de la escuela y hasta las señoras siguen alguna serie de anime que pasan por la noche. Es un producto cultural muy extendido allá; pero en aquellos ayeres, acá en occidente y específicamente México la cosa era distinta. Siendo así, para fines prácticos quienes somos fans del anime nos llamamos a nosotros mismos otakus; la Conexión Manga me abrió el panorama a todo un nuevo mundo y lo más importante: me ayudo a no sentirme tan sola ni tan rara.

A ver puede que si ustedes crecieron en una ciudad esto que estoy diciendo suene estúpido, pero pónganse en mi contexto: crecí en un pueblo que es básicamente un desierto cultural, el internet estaba en pañales y no conocía a nadie mas con estos gustos; así que esta revista era básicamente mi única fuente de información sobre el anime en todo sentido (estrenos, anime/manga clásico, noticias del mundillo, etc.), además de que fue gracias a los anuncios y reportajes que venían en la revista me entere de las convenciones de anime que se hacían en la ciudad de México. Esto ultimo es muy importante porque por mucho tiempo sentía que yo era la única rara a la que le gustaba esto; a ver obviamente no era así pero la cosa es que yo no conocí mas otakus/frikis en mi circulo cercano hasta que entre a secundaria y aun así éramos super contados.  Tipo, éramos 6 otakus dentro de una escuela de casi mil alumnos y ni siquiera íbamos en el mismo grado o salón; estábamos repartidos entre los 6 grupos de los 3 grados. Así que espero puedan entender lo importante y chido que fue para mi la primera vez que fui a una convención de anime.

Por fin me siento en casa

Recuerdo perfectamente como fue mi primera convención. Tenía unos 12- 13 años y fue una TNT y tuve que ir con mis papás porque estaba demasiado chica y no conocía mas amigos otakus o algún primo mayor que me acompañara. Obviando lo incomodo que fue ver las cosas que se ven en una convención con mi papá al lado (quienes hayan ido saben a qué me refiero), honestamente lo recuerdo como una muy buena experiencia (y por favor tengan muy en cuenta lo que les explique antes de crecer en un pueblo para que entiendan lo que estoy a punto de escribir). Ya desde la fila para entrar yo me sentía en una fantasía: cosplayers, chicos con playeras de anime o pines en las mochilas, chicas con orejas de gato y merch de idols (en aquel entonces quienes consumían K-pop, eran básicamente las otakus) o personajes de anime y nadie miraba raro a los demás, todos estaban de lo mas normal. Ya cuando entramos fue como descubrir un mundo nuevo y maravilloso del que yo no estaba enterada, pues por primera vez en mi corta vida me sentí en casa, sentí que encajaba y que por fin había encontrado a mi gente. De nuevo, piensen en la época, obviamente que no era la única que le gustaba el anime pero nunca me imagine que fuéramos tantos raritos y menos aun que no solo hubiera adolescentes sino gente ya bastante mayor (desde veinteañeros hasta gente que ya pasaba de los 40) y todos existiendo en paz, sin mirar raro a los demás, sin molestarlos, simplemente conviviendo y compartiendo el mismo hobbie que tanto les gustaba. Les juro que esto fue toda una revelación para mi yo de 13 años, no sabía para donde voltear pues mirara donde mirara por todos lados veía cosas geniales que quería o mínimo me llamaban la atención; de algún modo creo que si fue abrumador darme cuenta de todo lo que acaba de descubrir (y lo que me faltaba).

Desde ese entonces ahorraba todo lo que podía para por lo menos ir una vez al año a una convención (llego un punto donde se hacían 5-6 convenciones en el año, solo en CDMX), me compre un sinfín de chácharas, muchas de las cuales aun conservo: pelucas, peluches, mochilas, monederos, cromos, figuras, chamarras, pines, llaveros, bufandas, etc. Con los años fui conociendo más compañeros de escuela, que eventualmente se volvieron amigos, con quienes compartía este gusto y con ellos me iba a las convenciones (la ultima a la que fui, fue al iniciar la carrera). De hecho tengo una anécdota que me sigue dando ternura: en una de las ultimas convenciones a las que fui, mientras estaba viendo chácharas en un stand, me toco escuchar a una niña de unos 9-10 años conversar con su papá quien le preguntaba “bueno pero entonces ¿qué te quieres llevar?” y la niña respondió “todo” jajajaja esa simple respuesta me hizo sonreír porque yo también fui como esa niña y perfectamente entiendo ese sentimiento.

Si bien con los años admito que mi entusiasmo por ir a convenciones fue bajando (pues ya sabía que podía encontrar) y también es cierto que hay varias cosas medio turbias y creeps en ellas, al menos yo he corrido con la suerte de nunca haber tenido malas experiencias dentro de una (cosas tipo acoso o gente mamona que te insulta por gustarte x o y serie) y eso abono a que me sintiera aceptada. Se que no es la norma y hay mucha gente idiota dentro de cualquier fandom, pero al menos cuando yo estaba más chica era fácil sentirse aceptado entre los frikis y creo que eso tenia que ver con que la mayoría de nosotros tuvimos que pasar por cierto grado de bullying o por lo menos comentarios hirientes por nuestros gustos; así que entre nosotros intentábamos no juzgar y ser agradables con los demás (por saber lo que se sentía ser excluido).

Sobre esto ultimo del bullying, yo en lo personal no lo sufrí pero si conocí gente que si soporto burlas y el ser excluidos por ser los “raros” y es que si bien ahorita los morritos viven en el privilegio de que el anime y toda la cultura friki ya es algo socialmente aceptado, cuando yo era niña y aun buena parte de mi adolescencia decir abiertamente que eras otaku, te condenaba a ser un apestado social o mínimo a que bastante gente te viera/tratara como bicho raro. Por eso estoy muy feliz de que ahora esto haya cambiado y que los más jóvenes que se adentran a este mundillo no tengan que pasar por el escarnio publico de ser avergonzados por sus hobbies.

No era una fase mamá

Como ya les dije al anime/manga ha sido un hobbie que me a acompañado el 90% de mi vida y me atrevería a decir que en realidad forma parte importante de quien soy. En algún momento llegue a pensar si este sería un interés que se me iría pasando con los años y algún día dejaría de gustarme. Hoy puedo decir que no fue una fase y lejos de lo que mucha gente me llego a decir, no era un hobbie infantil que ya iría dejando al crecer; todo lo contrario, ahora que trabajo y tengo el dinero para comprarme mis caprichos otakus, mi cuarto es la virgo-cueva 3000 y yo no podría estar mas feliz.

El estigma hacia quienes consumimos anime, manga, videojuegos y en general formamos parte de la cultura friki ha disminuido mucho con los años y si bien admito que hay ciertos estereotipos que existen por que efectivamente si hay banda así (por ejemplo quienes nomas no conocen la higiene básica) y que encajan perfectamente en lo que un otaku (en el sentido japonés de la palabra) es en realidad. También habemos muchos que simplemente seguimos disfrutando de este hobbie aun de adultos y es que el anime y el manga son medios tan amplios, que sus historias pueden ir dirigidas a muchos públicos de diferentes edades. Y si, yo también llegue a hacer varias cosas que mi yo actual considera cringe como usar bandas de Naruto, bailar el caramell dansen, usar palabras en japo o jerga otaku en una conversación casual (esto ultimo solo lo hacia con mis compas frikis y me arrepiento tremendamente) o tratar de aprenderme la letra de algún OP para cantar en el Karaoke de las convenciones (de hecho lo hice un par de veces y aun se me el OP de K-on!), honestamente no me arrepiento de lo vivido y guardo esos recuerdos con cariño.

Con los años hubo muchas cosas de la cultura friki que deje atrás, no solo por que dejaron de llamarme la atención (como ir a convenciones) o por falta de tiempo y presupuesto (verme 24 capítulos de anime en 2 días o intentar hacer cosplay de bajo presupuesto), también hubo algunas mas que simplemente se fueron diluyendo con el paso de los años por que dejaron de ser necesarias. Una de estas ultimas fueron las revistas especializadas en anime y manga; la última conexión manga que compre fue la 257 y parece ser que ese proyecto por fin murió. Si bien le guardo un enorme cariño a mí colección que aún conservo (y las atesoro como mi alma), la realidad es que su existencia ya no tiene sentido en estos tiempos. En aquellos ayeres eran útiles para enterarte de los estrenos de temporada, noticias relacionadas al mundillo y conocer obras clásicas, pero con la masificación de internet, el nacimiento y consolidación de más y más youtubers de anime y la relativa facilidad para conseguir merch oficial desde Japón, la existencia de estas revistas era un mero capricho de coleccionismo nostálgico. Fue bueno mientras duro y a los otakus mas veteranos les dio la oportunidad de conectar con mas gente que compartía su hobbie. Larga vida a la conexión manga, hasta siempre vieja amiga.

Ser friki, una década después.

Ya se los adelantaba en párrafos anteriores, con el correr de los años, el termino otaku fue suavizándose y la influencia de la cultura friki en occidente fue ganando cada vez mas terreno. Creo que actualmente estamos viviendo un renacimiento, una segunda era dorada del manga/anime en México (específicamente) y honestamente no podría estar mas feliz. Si bien a inicios de los 2000´s ya había varios proyectos muy apasionados de fans para fans que intentaban traer merch, traducir series y existían editoriales de manga, inevitablemente no se puede mantener un proyecto de puro amor al arte; pues si bien el otaku/friki solemos ser banda que le invertimos mucho a nuestro hobbie (a veces más de lo que deberíamos, tengo cosas en mi colección que me da vergüenza admitir cuanto me gaste en ellas), por un buen tiempo habíamos sido un mercado de nicho.

No sé qué carajo paso entre el 2012-1015 que el anime, el manga y la cultura friki en general resurgió y se masifico de una manera impresionante. A ver, se que series como “the big bang theory” ayudaron a limpiar la imagen de los nerds y haberlo ver cool; lo mismo las películas de superhéroes y el UCM. Pero en algún momento de esos años, ser otaku, friki, geek, nerd, etc. Dejo de ser visto como algo de marginados sociales y medio underground para convertirse en un fenómeno de masas, como sucedió con el k-pop. Creo que algo tuvo que ver con que todos los que habíamos sido adolescentes frikis a mediados de los 2000´s, ahora éramos jóvenes adultos con trabajo y dinero para gastar a lo idiota en merch de nuestras ñoñadas favoritas; así como la llegada de plataformas como Amino o tik tok que vendrían a ser una versión zoomer de los foros frikis de los 2000´s y lograron que este gusto se propagara entre los chavitos.

Brincos hubiera dado la Ren chiquita de poder encontrar anime traducido tan fácilmente, que hubiera plataformas legales para verlo, poder comprar manga en español en México, que fuera tan fácil conseguir merch de un sinfín de series (tanto original como pirata) y en general que habría tanto contenido para dar y repartir sobre el mundillo friki. Los chamacos actuales que recién entran a este fandom viven en el privilegio y que bueno que sea así; que chido que esto ya es socialmente aceptado y que tanta gente tan diferente consuma anime (sea o no por moda). El mundo a cambiado mucho, el mismo Japón ha cambiado; y si bien ahora me doy cuenta que gran parte de ese Japón del que me enamore ya no existe (pues cada vez la moda, costumbres y tribus urbanas se occidentalizar más y más)  o directamente nunca existió (pues solo existía en la fantasía del anime), aun le guardo cariño a aquel país y especialmente al barrio de Akihabara en Tokio. Gracias por darnos el anime/manga y el sinfín de cosas mas que conforman el mundillo friki, gracias por tantas horas de diversión, por ayudarnos a contactar con más gente como nosotros, por las grandes historias y los grandes mensajes que nos han dejado sus personajes. ¡Larga vida al anime, larga vida al manga y larga vida al frikismo! Que esta es la verdadera venganza de los nerds.

Pues bueno, vaya viaje ¿no? Espero le haya gustado este vistazo al pasado y en específico a uno de los hobbies que me han hecho quien soy hoy. Si alguno de ustedes también tiene historia dentro de este mundillo me encantaría leerlos en los comentarios y si apenas están comenzando en este maravilloso mundo, bienvenidos y no se espanten, les aseguró que se la van a pasar bien. No me queda más que decir ¡felices 6 años al blog! Espero me acompañen muchos más, gracias a los de siempre, a los nuevos y a los que están por llegar; gracias por darse una vuelta por este humilde rincón de internet. Por ahora yo me despido y nos leemos la próxima vez.