martes, 20 de marzo de 2018

Todos somos Dios


Cuando uno habla de Dios, su existencia, su forma o lo que sea, es un tema complicado así que advertidos están, estas son solo MIS ideas sobe dios, la religiosidad y todo eso, no se lo tomen personal. Dicho esto comenzamos.

“¿crees en dios?” la respuesta es un sí pero no. La respuesta obviamente es mucho más compleja que esto y se las voy a ir desglosando a lo largo del post. En primera debo explicarles que a lo largo de mi vida yo he pasado por una serie de “etapas” por así decirlo, en cuanto a este tema de dios, así que voy a explicarles un poco por las etapas previas que he pasado para llegar a mi idea actual respecto a dios.  La primera “etapa” seria mi infancia, ya que como muchos en México fui criada en una familia católica y si bien fui bautizada e hice la primera comunión, mi familia realmente no es especialmente religiosa; realmente recuerdo pocas veces en las que hayamos ido a misa cuando era niña. Así que pues si bien me criaron en esa religión yo realmente nunca fui muy creyente, no como que fuera atea de niña, sino que si rezaba antes de dormir o cosas así pero más por obligación porque yo ya me estaba cayendo de sueño. Eso junto con la comunión y eso lo hacía porque era mi obligación, no porque realmente creyera que dios me iba a ayudar o algo así.

La segunda etapa fue cuando empecé a crecer y a cuestionarme porque tenía que rezarle a un pedazo de yeso, porque tenerle miedo a un dios que más que misericordioso se me hacía vengativo. Esto fue más o menos en la pubertad y el inicio de mi adolescencia, ósea casi toda la secundaria que me empezó la etapa de “la rebeldía”. Que aquí de nuevo debo hacer una acotación; la rebeldía en mí no fue como el estereotipo de adolescente contestona y así, más bien fue una rebeldía ideológica, hacia lo que tenía que hacer de mala gana y en mi cabeza pensaba lo estúpido que era eso. Empecé a leer e investigar más sobre este tema de la religión y por aquellas épocas llegue a la conclusión de que la idea de que solo tu religión era la correcta era una estupidez y también toda esta idea de que mil cosas eran pecadas. Y esto fue lo que dio lugar a la tercera y más breve de las etapas.


Lo que siguió fue una etapa de “ateus polemicus” fue una época que al recordarla me doy mucho cringe (o pena ajena) porque me sentía súper EDGY (no sé cómo traducir esta palabra así que mejor búsquenla) por decir que dios no existía y que la religión era un estupidez (poco me fato para repetir como perico aquello de que la religión es el opio del pueblo).  Entonces me encantaba joder a los demás, buscar cualquier pequeña contradicción de la biblia o sus sinsentidos para molestar. Era una idiota. Por suerte eso no duro mucho y todo gracias a un libro: el mundo de Sofía. Si leyeron mi post anterior sobre los libros que marcaron mi vida, sabrán que este libro fue muy impórtate para conformar la persona que soy hoy, y el aspecto de la fe no fue la excepción.


En esta cuarta etapa fue cuando de algún modo “madure” en cuanto que me di cuenta que era una gilipollas por comportarme de ese modo, por darme aires de superioridad e intelectualoide por decirme atea, es más por decir que dios no existe. Cuando caí en cuenta de esto me empecé a cuestionar de nuevo mis creencias y prejuicios sobre dios, pero aún más sobre la religión y la iglesia como institución. Estos cuestionamientos me llevaron ya no solo por cuestiones científicas (que fueron las que me llevaron a considerar que dios no existe por la imposibilidad de comprobar o refutar su existencia) sino también por caminos más místicos o espirituales; me puse a leer e investigar sobre teología (de todas las religiones, en especial las orientales) sobre la visión de la religión en oriente, de la diferencia entre religiosidad y espiritualidad. Igual por esas épocas igual me topé con muchos escritos sociológicos y antropológicos que aun hoy no entiendo del todo (muchos de los temas que les he mencionado aun no los comprendo ni mucho menos domino). Toda esta vorágine de información, conocimiento y sabiduría género en mi diversas ideas o reflexiones y al paso de los años, a medida que la información se ha ido asentado, he llegado a diferentes conclusiones, la más “reciente” (con reciente les hablo de hace 3-4 años) y creo yo medianamente definitiva en cuanto a mi postura sobre dios.


Esta es, que “dios” como lo entendemos desde una perspectiva religiosa judeo- cristiana, no existe. Desde mi perspectiva eso que llamamos dios no es más que un cumulo de energía universal, la energía que creo todo lo que existe y de lo que está hecho todo. No es un ser omnipresente y todo poderoso con conciencia propia, sino energía en su estado más puro; no tiene conciencia de su existencia ni mucho menos de que creo todo lo que existe. En pocas palabras, tu existencia, mi existencia y la existencia del universo entero le vale tres kilos de riata. Este cumulo de energía solo existe y ya; cuando morimos simplemente dejamos de existir, se baja el switch y ya. No existe la trascendencia personal, al morir nuestro cuerpo se pudre, como cualquier materia orgánica que regresa a la tierra. Así aquello que atendemos como “alma” seria la energía universal que regresa al cosmos. Si lo quieren ver por el lado místico, sería la explicación para esos 3 gramos que se supone perdemos al morir. Si quieren ser más realistas (como yo), nos haríamos uno con el universo en el momento en que nuestro cuerpo regresa a la tierra y es aprovechado por la naturaleza del planeta. La idea de la energía universal me hace sentido por la ley de la conservación de la energía “la energía no se crea ni se destruye, solo se trasforma”. Y en consonancia con algunas ideas científicas, el universo seria cíclico, siempre ha existido y se reiniciara cada cierto tiempo en un ciclo sin fin.


Para explicarles mejor a que me refiero con que la trascendencia personal no existe, les pondré el mejor ejemplo que se me ocurre: el tercer impacto en “the end of evangelion”. (SPOILERS si no has visto la película o la serie) en el clímax de la película y después de que Gendo ordene a Rei provocar el tercer impacto, todo mundo se convierte en Tang de naranja o en LCL que es la materia primigenia de la que está constituida todo ser vivo. Cuando esto sucede todos nos volvemos uno con el todo, o sea, uno con dios. Trascendemos colectivamente como energía universal, la más básica y  esencial forma de existencia. De modo que al morir, nos volvemos uno con el todo, con el universo, con la existencia misma y por tanto con dios. Volvemos a formar parte de la conciencia universal no como individuos (como el cielo judeo-cristiano) sino como energía, al morir nuestra conciencia universal muere poder formar parte de algo superior y perfecto.

Una anotación que debo hacer  aquí, es que hace poco conocí una “idea” o “corriente” filosófica llamada panteísmo, que coincide bastante con mi idea sobre dios. Lo curioso es que yo no tenía idea de lo que era el panteísmo hasta hace poco, y aquí estarán pensado “pero no que te pusiste a leer e investigar?” y si, pero la cosa es que el panteísmo no es una escuela filosófica ni mucho menos, más bien es una idea que ha aparecido medio “espontáneamente” a lo largo de la historia de la humanidad, de hecho es uno de los pensamientos más antiguos, pues el primer pensador que lo menciono del que se tenga registro es Heráclito, uno de los presocráticos, o sea que esta idea es más vieja que los cerros. La idea de que dios es todo en el sentido de que la existencia misma es dios (dios no entendido en un sentido teológico judeo-cristiano) es una idea que nunca género o mantuvo una escuela filosófica, más bien es una idea que de algún modo existe en nuestro cerebro y surge cada cierto tiempo bajo diferentes formas.



Pues bueno esto sería en resumidas cuentas mis ideas sobre dios y la cuestión sobre su existencia. Después de todo este recorrido, si tuviera que ponerle una etiqueta a mi postura religiosa seria agnosticismo panteísta (supongo) a falta de un mejor termino, ya que el ateísmo sería decir que dios es nada y el panteísmo implica que dios es todo (insisto, no desde un punto de vista teológico). Respecto de cuestiones que este tema toca tangencialmente como son la espiritualidad, la fe, el significado de la vida y demás, los tocare en alguna otra entrada con profundidad, pero de momento solo les diré que yo no creo que la espiritualidad este necesariamente ligada a la religiosidad o una iglesia como institución. Creo que esto tiene más que ver con una conciencia de pertenencia primero a la naturaleza y después al cosmos.  Sobre el diablo, la maldad y todos esos temas escabrosos y salseantes que nos encantan debo decir que de nuevo son un sí pero no, que ya explicare en futuras entradas.

Vaya viaje que ha sido este; de nuevo debo insistir que todo esto no dejan de ser los desvaríos, mas o menos coherentes, de una veinteañera pesimista con (probablemente) distimia crónica y como tal no deben ser tomados demasiado en serio o como una afrenta personal a sus creencias propias sobre la religión, dios y la trascendencia. Ustedes son libres de creer lo que quieran, esto no deja de ser más que una apreciación subjetiva sobre esta cuestión, otro intento más de un insignificante ser humano por entender cuál es su lugar en el universo y que pasara cuando su limitado tiempo en este mundo termine. Sé que no todos tienen ideas tan elaboradas o enredadas sobre dios y la vida después de la muerte pero igual me gustaría leer sus opiniones al respecto, siempre desde el respeto por favor, que estos temas dan para empezar una batalla campal y pasional.

Espero no haberlos aburrido con toda esta verborrea y si les genero alguna nueva idea, yo siempre estaré encantada de leerla. Me despido y nos leemos la próxima vez.

PD: por aquí les dejo un par de videos que creo pueden ayudarlos a entender algunas de las cosas que menciono aquí. Recomiendo ampliamente ambos canales 






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